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La prevención del suicidio comienza con una pausa que puede salvar vidas

En Bogotá, más de 30.000 personas han manifestado este año haber pensado en quitarse la vida, de acuerdo con el Estudio de Salud Mental realizado por Naciones Unidas y la Secretaría Distrital de Salud. La cifra, que refleja un aumento superior al 200 % en los últimos cinco años, confirma la urgencia de hablar de manera abierta sobre la salud mental, reconocer los signos de alarma y garantizar entornos de acompañamiento oportuno.

El suicidio es considerado una de las principales causas de muerte prevenibles en el mundo y su abordaje requiere una estrategia integral que combine atención clínica, escucha activa, educación comunitaria y una red sólida de apoyo emocional.

“Hablar del suicidio no incentiva la conducta: la visibiliza, la previene y la humaniza. Nuestro deber como instituciones de salud mental es abrir espacios de conversación segura, fortalecer las redes de apoyo y ofrecer tratamientos basados en la dignidad y el acompañamiento constante”, señaló Andrea Caballero, directora médica de la Clínica Eirén.

Desde la red Colsanitas se ha reiterado la importancia de identificar a tiempo las señales de alerta. La ideación suicida puede expresarse de manera directa o indirecta y siempre debe ser escuchada con atención y sin prejuicios. “Saber cuándo acudir a urgencias en salud mental puede salvar vidas. Si una persona expresa que quiere morir, se aísla, pierde el sentido de vida o muestra señales de autolesión, es fundamental no minimizar su dolor y acudir de inmediato a un servicio especializado”, afirmó Ana María Pastran, gestora de salud mental de la Clínica Reina Sofía.

En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, las instituciones de la red Clínica Colsanitas invitan a sumarse a la iniciativa del punto y coma, un símbolo que representa la posibilidad de hacer una pausa y continuar. Así como en la escritura este signo indica que la historia no ha terminado, en salud mental transmite un mensaje de esperanza y resiliencia.

La invitación es clara: este 10 de septiembre, quienes deseen participar pueden portar una prenda o cinta amarilla, dibujar un punto y coma, escribir un mensaje por la vida, tomarse una foto y compartirla en redes sociales. Se trata de un gesto simbólico, pero poderoso, que puede servir de acompañamiento para quienes atraviesan momentos difíciles.

Prevenir el suicidio es una tarea colectiva. Abrir espacios seguros para expresar el dolor, garantizar acceso oportuno a los servicios de salud mental y acompañar sin juzgar son acciones que marcan la diferencia. La iniciativa del punto y coma busca precisamente eso: recordar que, incluso en los momentos más oscuros, siempre existe la posibilidad de hacer una pausa y seguir escribiendo la historia de la vida.