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Investigación revela impacto de la inteligencia artificial en el rendimiento de médicos tras su uso en procedimientos clínicos

Una investigación publicada en la revista Lancet Gastroenterology and Hepatology encendió el debate sobre los efectos secundarios del uso de la inteligencia artificial en la práctica médica. El estudio, realizado en cuatro centros de endoscopía en Polonia, reveló que los médicos redujeron su tasa de detección de tumores precancerosos una vez dejaron de utilizar la herramienta de IA implementada durante colonoscopias.

El ensayo consistió en emplear un sistema que destacaba en tiempo real posibles crecimientos sospechosos mediante recuadros visibles en la pantalla. Inicialmente, la tecnología había mostrado buenos resultados en estudios previos, acelerando diagnósticos y mejorando las tasas de detección. Sin embargo, los investigadores hallaron que tras su retiro, el rendimiento médico cayó de manera significativa.

Antes de la introducción de la herramienta, la tasa de detección se mantenía en 28%. Luego de tres meses de uso y posterior suspensión, la cifra bajó al 22%, un nivel inferior al de referencia. Esta caída abrió la hipótesis de un fenómeno conocido como “descalificación”, en el que la dependencia tecnológica reduce habilidades manuales y cognitivas esenciales para realizar las tareas sin apoyo artificial.

Especialistas señalaron que, aunque el estudio es observacional y no establece una relación causal directa, los resultados son consistentes con esta hipótesis. Un análisis de seguimiento ocular mostró que los médicos que trabajaban con IA reducían su atención en los bordes de las imágenes, lo que podría limitar una revisión exhaustiva.

El hallazgo plantea un desafío clave para la medicina moderna: cómo integrar la inteligencia artificial como apoyo sin que esto afecte la autonomía y capacidad diagnóstica de los profesionales. La investigación invita a reflexionar sobre la necesidad de equilibrar la tecnología con la formación continua y la práctica independiente de los médicos, garantizando que los avances no comprometan la calidad de la atención en salud.