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Concejo de Bogotá avanza en proyecto para fortalecer zonas seguras en puntos críticos de la ciudad

Concejo de Bogotá

La Comisión Segunda de Gobierno del Concejo de Bogotá aprobó en primer debate los proyectos de acuerdo 559 y 692 de 2025, que buscan fortalecer las denominadas zonas seguras en diferentes sectores de la capital, una estrategia que reemplaza a los tradicionales frentes de seguridad con el propósito de enfrentar de manera más efectiva las problemáticas de criminalidad.

El concejal Jesús David Araque, ponente de la iniciativa, explicó que el proyecto articula bases de datos de varias entidades para focalizar las problemáticas de seguridad y, en coordinación con la Policía, la comunidad y distintas instituciones, generar soluciones concretas. “La Secretaría de Seguridad pretende además capacitar a estos grupos ciudadanos en materia de prevención de la criminalidad”, señaló el cabildante.

Araque recordó que en 2024 la implementación de 493 nuevas zonas seguras tuvo un impacto significativo en la reducción de delitos. Según cifras oficiales, el hurto a personas bajó un 22 %, el hurto a residencias descendió un 77 % y la violencia intrafamiliar disminuyó un 55 %. Estos resultados sustentan la necesidad de ampliar y consolidar el modelo en toda la ciudad.

La propuesta también contempla el respaldo tecnológico a estas zonas seguras mediante la instalación de cámaras conectadas al Centro de Comando, Control, Comunicaciones y Cómputo (C4), lo que permitiría una reacción más rápida y efectiva frente a emergencias y hechos delictivos.

No obstante, el más reciente boletín de seguridad local, publicado en abril de 2025, evidencia que aún hay retos por superar. En Suba, una de las localidades más grandes y pobladas de Bogotá, solo existen 37 frentes de seguridad registrados y menos de la mitad reportó actividades en el primer trimestre del año.

El proyecto, que ahora pasará a segundo debate en la plenaria del Concejo, deberá recibir la sanción del alcalde mayor en caso de ser aprobado, con lo cual Bogotá daría un paso más hacia la consolidación de un modelo de seguridad ciudadana basado en la articulación comunitaria y el uso de nuevas tecnologías.