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Repelón celebra el Festival de la Masamorra: tradición, sabor y orgullo ancestral

El corregimiento de Rotinet, en el municipio de Repelón, se prepara para recibir a propios y visitantes en la quinta edición del Festival de la Masamorra, una celebración que exalta el legado ancestral, la cocina tradicional y la identidad de las comunidades rurales del sur del Atlántico. El evento se llevará a cabo del 11 al 13 de julio y promete ser una experiencia inolvidable para quienes buscan conectarse con las raíces culturales del Caribe colombiano.

El festival nació como una iniciativa pedagógica liderada por estudiantes y docentes de la Institución Educativa Técnica Agropecuaria de Luruaco (INETAL), quienes en un ejercicio de identidad territorial reconocieron en Rotinet el epicentro de la tradición culinaria de la masamorra. “La capital mundial de la masamorra” fue el grito que inspiró lo que hoy es una plataforma de visibilización para las cocineras tradicionales, el emprendimiento campesino y los procesos de memoria colectiva.

Durante tres días, Rotinet será el escenario de múltiples actividades que combinan lo cultural, lo gastronómico, lo turístico y lo pedagógico. El evento se articulará con la Ruta 23 de la Gobernación del Atlántico, una estrategia de revitalización territorial que promueve el turismo con enfoque comunitario y el fortalecimiento del patrimonio inmaterial.

Entre los principales atractivos del festival se destacan:

  • Foro “Ropinotzan Central”, un espacio para el diálogo entre cocineras tradicionales, historiadores, sabedores y jóvenes estudiantes, donde se discutirán temas como el origen de la masamorra, su valor nutricional, sus variantes regionales y su papel en la economía popular.

  • Muestras gastronómicas y cocina en vivo, donde las patronas cocineras prepararán diversas versiones de la masamorra: dulce, salada, de plátano, de maíz blanco, con coco, con leche o acompañada de guandú, combinaciones que rescatan prácticas culinarias ancestrales con un toque de innovación local.

  • Feria de emprendimientos campesinos, con productos agroindustriales, artesanías, dulces típicos, bebidas tradicionales y experiencias de turismo rural, en las que los visitantes podrán conocer de cerca los saberes y oficios del campo.

  • Recorridos por el mirador turístico y el ecoparque de Rotinet, espacios naturales recuperados que muestran la belleza paisajística del sur del Atlántico, su riqueza hídrica y la resiliencia de sus comunidades frente a problemáticas históricas como la sequía o el olvido institucional.

  • Actividades artísticas y culturales, con presentaciones musicales, danzas tradicionales, teatro comunitario, muestras folclóricas, talleres para niños y concursos que exaltan la creatividad y el orgullo local.

La Secretaría de Cultura y Patrimonio del Atlántico, en cabeza del gobernador Eduardo Verano, resaltó la importancia de este tipo de festivales como mecanismos de empoderamiento ciudadano y transformación social: “La masamorra en Rotinet es símbolo de resistencia, de unión y de conocimiento. Este festival es mucho más que un encuentro gastronómico: es un acto de afirmación cultural, de fortalecimiento del tejido social y de proyección turística sostenible”.

Por su parte, líderes comunitarios del corregimiento manifestaron su entusiasmo ante la acogida que ha tenido el evento y el creciente interés de los medios, académicos y turistas. “Hemos logrado que nuestras cocineras sean reconocidas como portadoras de saber, que nuestras recetas sean documentadas y que las nuevas generaciones quieran aprenderlas. Esta es una victoria del pueblo”, expresó una de las organizadoras del festival.

La entrada al Festival de la Masamorra es libre y se espera una asistencia superior a las 3.000 personas. El evento cuenta con el respaldo de la Gobernación del Atlántico, la Alcaldía de Repelón, el SENA, la Fundación Cultural Masamorreras del Sur, instituciones educativas, colectivos juveniles y líderes comunitarios.

Rotinet abre sus puertas con hospitalidad, sabor y orgullo, invitando al Caribe y a todo el país a celebrar lo que somos: memoria viva, cocina con historia y un territorio que transforma su futuro desde el fogón.