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Colombia fortalece su liderazgo global con una política exterior transformadora y humana

En apenas cinco meses al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores, la canciller Laura Sarabia ha liderado una diplomacia activa, incluyente y con rostro humano que ha reposicionado a Colombia como un actor protagónico en los escenarios multilaterales. Bajo su dirección, la Cancillería ha trabajado por una política exterior centrada en los derechos humanos, la paz, la inclusión, la cultura y la acción climática, acercando la diplomacia a las regiones, los jóvenes y las poblaciones históricamente excluidas.

Colombia con voz propia en el mundo

Colombia fue elegida con 180 votos como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU (2026-2027), y ha tenido participaciones destacadas en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, reafirmando su liderazgo global en paz, seguridad y derechos fundamentales.

La Cancillería logró que Naciones Unidas aprobara dos resoluciones claves para el país: una sobre el fortalecimiento del sistema internacional de control de drogas y otra sobre la lucha contra el contrabando. En paralelo, avanzó la reivindicación cultural de la hoja de coca, con acciones diplomáticas en Madrid, París y Nueva York.

Paz, equidad e inclusión como ejes diplomáticos

La canciller Sarabia presentó por primera vez ante la ONU los avances del Acuerdo de Paz, logrando respaldo internacional. Además, Colombia lanzó el Plan Nacional de Juventud, Paz y Seguridad, siendo el primer país de América Latina en implementarlo.

Se firmó el Decreto de Política Exterior Feminista, institucionalizando este enfoque como política de Estado. Asimismo, se impulsó el nombramiento histórico de la embajadora Laura Gil como la primera mujer en ocupar el cargo de Secretaria General Adjunta de la OEA.

Una Cancillería con rostro humano

Por primera vez, el Ministerio abrió sus puertas a migrantes, víctimas de violencia y habitantes de calle, ofreciendo atención directa y digna. Esta apertura refleja un cambio de paradigma: una Cancillería al servicio de los colombianos, no solo de la élite diplomática.

Diplomacia desde las regiones

Con una inversión superior a $6,6 millones, se ejecutan seis proyectos binacionales en zonas de frontera con Perú. Además, la Cancillería entregó obras educativas y culturales en Chocó, La Guajira, Boyacá, Norte de Santander y Amazonas, beneficiando a más de 9.500 personas.

En Juradó (Chocó), se coordinó una misión interinstitucional para atender una crisis humanitaria, reafirmando el compromiso territorial del Gobierno.

Cultura y juventud como bandera internacional

A través de la diplomacia cultural, Colombia ha invertido más de $9.200 millones para proyectar su arte, historia y talento en más de 70 embajadas. También se han destinado $2.380 millones para intercambios internacionales de 107 jóvenes de zonas históricamente excluidas, quienes ya han visitado países como Turquía, Polonia y Corea del Sur.

En materia patrimonial, se logró la repatriación de tres piezas arqueológicas desde Italia, y continúan gestiones con Francia y EE. UU.

Más oportunidades para los colombianos en el exterior

Se normalizó el ingreso a la carrera diplomática con pruebas realizadas por primera vez en el exterior. Además, se firmaron acuerdos de movilidad laboral y educativa con países como España, Alemania, Hungría y miembros de la Unión Europea, ampliando las oportunidades para trabajadores y estudiantes colombianos.

Relación estratégica con Asia y Medio Oriente

Se abrieron nuevas embajadas en Arabia Saudita y Qatar, y una oficina de ProColombia en Doha. Además, se firmaron acuerdos clave con Japón, China y Emiratos Árabes en inteligencia artificial, comercio y educación.

Protagonismo regional

Colombia asumió la Presidencia Pro Tempore de la CAN y la CELAC, liderando iniciativas en juventud, migración y cambio climático. En Beijing, presidió el Foro Ministerial China–CELAC. También organizó la III Cumbre Colombia–CARICOM, reforzando lazos con el Caribe anglófono.


Cinco meses después, el trabajo de Laura Sarabia al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores marca una nueva etapa para la política exterior colombiana: feminista, humana, cercana y transformadora, con una Cancillería de puertas abiertas y una Colombia con voz firme en el escenario internacional.