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Nuevo asesinato de esmeraldero reabre temores por guerra silenciosa en Bogotá

Un nuevo y preocupante episodio de violencia sacude el exclusivo sector norte de Bogotá, tras el asesinato de Jesús Hernando Sánchez, reconocido comerciante del sector esmeraldero, quien fue abatido este domingo por un francotirador, en circunstancias similares a un crimen ocurrido en el mismo lugar hace apenas ocho meses.

El hecho tuvo lugar en un conjunto residencial de alta seguridad en la capital del país, y según versiones oficiales, el ataque fue ejecutado desde una zona boscosa aledaña, utilizando técnicas propias de francotiradores profesionales. El general Giovanni Cristancho, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, confirmó que el disparo fue preciso y mortal, y que ya se desplegó un equipo especializado para rastrear la zona en busca de indicios que lleven a la captura del responsable.

Un patrón que inquieta a las autoridades

Lo que más ha alarmado a los investigadores es la similitud del caso con el homicidio de Juan Sebastián Aguilar, también comerciante de esmeraldas, ocurrido en agosto de 2024 bajo el mismo modus operandi: un tiro certero a larga distancia desde una montaña cercana a su vivienda.

Ambos crímenes ocurrieron en el mismo condominio de lujo, lo que ha llevado a las autoridades a considerar una posible conexión entre los dos hechos. Además, ambos hombres tenían relación con el competitivo y complejo mundo de las esmeraldas, una industria que, pese a su importancia económica, ha estado históricamente ligada a conflictos armados, mafias y disputas de poder.

Las esmeraldas: riqueza teñida de violencia

Colombia es el primer productor mundial de esmeraldas de alta calidad. Sin embargo, el brillo de estas piedras ha estado opacado por décadas de violencia, protagonizadas por lo que en los años 70 y 80 se conocieron como las “guerras verdes”, enfrentamientos entre clanes familiares y organizaciones criminales por el control de minas y rutas comerciales.

Víctor Carranza, conocido como el “Zar de las esmeraldas”, fue uno de los protagonistas de esa época y mentor de varios empresarios del sector. Tanto Aguilar como Sánchez habrían tenido vínculos con estructuras surgidas tras la caída del imperio Carranza, lo que añade más inquietudes sobre un posible reacomodo violento en el negocio.

Sánchez, según fuentes cercanas, ya había sobrevivido a un intento de asesinato hace algunos años, pero esta vez la embestida fue letal. Su muerte ocurre en un momento en que las autoridades tratan de combatir redes ilegales que persisten dentro de este mercado de piedras preciosas, donde los conflictos territoriales, el lavado de activos y la minería ilegal aún representan un desafío.

Reacciones y medidas

El crimen ha generado preocupación en los sectores de comercio de minerales, así como en el ámbito de seguridad nacional. Organizaciones como Asocoesmeral y la Asociación Colombiana de Minería han solicitado protección para empresarios del sector y medidas urgentes para garantizar la seguridad en las zonas de influencia esmeraldera, no solo en Boyacá, sino también en Bogotá, donde muchos comerciantes tienen sus residencias.

Desde el Ministerio de Defensa se ha anunciado el refuerzo de la vigilancia en corredores estratégicos y zonas urbanas con presencia de actores del negocio, mientras se continúa la investigación para esclarecer si detrás de este nuevo asesinato hay una guerra silenciosa por el control del comercio de esmeraldas.

Reflexión nacional

Este hecho nos recuerda que, aunque el país ha avanzado en muchos frentes, ciertos sectores económicos siguen marcados por la ilegalidad y la violencia soterrada. Desde lavibrante.com seguiremos informando con responsabilidad sobre este y otros temas que requieren atención urgente, transparencia institucional y voluntad política para cortar de raíz los ciclos de violencia que tanto han afectado la historia reciente de Colombia.