La compañía de transporte público Lolaya ha paralizado sus operaciones desde la noche del martes, debido a una serie de amenazas de extorsión que han puesto en riesgo la seguridad de sus empleados. La empresa denunció que la situación ha llegado a un punto crítico, con trabajadores recibiendo amenazas de muerte y delincuentes accediendo a información personal sobre ellos.
Un reciente incidente destaca la gravedad de la situación: una cajera fue escoltada por el grupo Gaula tras finalizar su turno, luego de que dos sospechosos en motocicleta fueran vistos merodeando las instalaciones. Esto ocurrió después de que la empresa se negara a ceder a las exigencias de los extorsionistas.
En respuesta a estas amenazas, Lolaya ha decidido suspender sus servicios hasta que se aseguren condiciones de seguridad adecuadas, lo que ha generado un impacto considerable en el transporte en Barranquilla y Soledad. La empresa ha hecho un llamado urgente a las autoridades para que implementen medidas efectivas que garanticen la protección del personal y permitan retomar las operaciones con seguridad.
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