Las recientes declaraciones del presidente Gustavo Petro han generado una ola de rechazo en el Congreso de la República. El mandatario llamó “asesinos y ricos” a quienes le gritan “fuera Petro” durante sus eventos públicos, lo que ha suscitado fuertes críticas entre los legisladores.

Parlamentarios como la senadora María Fernanda Cabal han comparado al presidente con líderes de izquierda como Hugo Chávez, sugiriendo que sus gustos y estilo de vida son contradictorios con su discurso. Cabal acusó a Petro de vivir en lujosas propiedades y de permitir la corrupción mientras critica a quienes protestan en su contra.

El senador Alejandro Chacón hizo un llamado a la moderación, afirmando que los políticos deben evitar discursos que generen odio y divisiones. Chacón resaltó que el presidente, como representante de la unidad nacional, debería adoptar un tono más conciliador y fomentar el diálogo entre los diferentes sectores.

Por su parte, el senador Carlos Fernando Motoa defendió la libertad de expresión de los ciudadanos y criticó a Petro por estigmatizar a quienes protestan contra su gobierno. Motoa consideró que el presidente no está entendiendo el descontento generalizado y que sus comentarios son inapropiados.

La senadora Paloma Valencia recordó que más del 65% de los colombianos expresan su descontento con el gobierno y subrayó que el presidente debe estar dispuesto a recibir críticas constructivas por sus decisiones.

Aunque la mayoría de los congresistas han condenado las declaraciones de Petro, algunos sectores han defendido al presidente, argumentando que los ataques en su contra provienen de sectores privilegiados. El senador Antonio Correa indicó que la popularidad de Petro sigue creciendo entre las bases populares, mientras que el rechazo proviene de sectores sociales más acomodados.

Los legisladores esperan que el presidente reconsideré su postura y evite estigmatizar a sus críticos, ya que esto podría dañar la democracia y exacerbar la polarización en el país.