PUBLICIDAD

Pernil de cerdo y sancocho de gallina mantienen viva la tradición gastronómica de fin de año en Colombia

Las celebraciones de fin de año en Colombia vuelven a tener como protagonistas a dos preparaciones que hacen parte del corazón de la mesa familiar: el pernil de cerdo y el tradicional sancocho de gallina. Más allá del sabor y la costumbre, su presencia está respaldada por un sólido desempeño del sector agropecuario nacional, que cada diciembre logra responder a la alta demanda propia de la temporada.

Durante el último año, la producción porcina alcanzó su punto más alto en diciembre, con una oferta cercana a las 60.000 toneladas mensuales, superando el promedio del resto del año. Esta mayor disponibilidad ha permitido que el pernil de cerdo se consolide como una de las opciones más apetecidas en cenas navideñas y celebraciones de cierre de año, tanto por su rendimiento como por su versatilidad en la cocina.

Desde el punto de vista nutricional, la carne de cerdo aporta proteínas de alta calidad, vitaminas del complejo B y minerales esenciales como hierro y zinc, convirtiéndose en una alternativa adecuada para comidas abundantes y festivas. Cuando proviene de sistemas productivos responsables y con buenas prácticas sanitarias, garantiza además sabor, textura e inocuidad para el consumo humano.

De forma paralela, el sector avícola también cerró el año con cifras positivas. La producción nacional de pollo se ubicó alrededor de 1,8 millones de toneladas y el consumo per cápita superó los 35 kilogramos anuales. Esta estabilidad productiva ha permitido que la gallina siga siendo uno de los ingredientes clave para preparaciones tradicionales como el sancocho, un plato profundamente arraigado en la cultura colombiana y asociado a reuniones familiares, especialmente en zonas rurales y regiones cálidas.

Expertos del sector señalan que tanto el pernil como el sancocho representan mucho más que una elección culinaria. Según Leonardo Belli, director de las Unidades de Avicultura y Porcicultura de MSD Salud Animal en Colombia, estas preparaciones tienen un fuerte valor cultural y simbólico en diciembre, al tiempo que reflejan la planificación que realizan granjas y productores para atender la demanda estacional sin comprometer la sanidad ni la sostenibilidad.

El buen manejo animal, la alimentación balanceada, la bioseguridad y la planificación productiva son factores determinantes para que estas proteínas lleguen a la mesa de los colombianos en óptimas condiciones. Gracias a ello, el pernil de cerdo y el sancocho de gallina continúan siendo sinónimo de unión, tradición y abundancia, reafirmando su lugar como emblemas gastronómicos del cierre de año en el país.