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¿Pagaría 125 millones de pesos por el billete de un dólar?

Fotografía tomada de internet
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Sin duda alguna el mundo del coleccionismo ha llevado a que diversas herramienta o elementos de nuestra vida cotidiana, sean para muchas personas desde bastante tiempo atrás valiosas no tanto por su valor monetario, sino por algo más allá como un valor sentimental o histórico. Es así como una de estas ramas del coleccionismo, llega fijarse en los diversos billetes y monedas que se han llegado a producir a lo largo de la historia alrededor del mundo, esta práctica coleccionista se le conoce con el nombre de numismática.

Tal es el auge de esta práctica coleccionista, que los valores por algunos de los ejemplares de monedas, billetes e incluso títulos de propiedad se pueden llegar a pagar miles de dólares por estos, ya sea por un valor histórico o alguna particularidad de estos. Como es el caso del llamado dólar Arcoíris el cual, a diferencia de sus hermanos ejemplares, este cuenta con la particularidad de que su papel moneda sea principalmente azul con vestigios algo rojos y ciertos toques de color verde, lo que lo convierte en uno de esos elementos muy deseados por los coleccionistas, ya que este billete fue poco distribuido en los Bancos de Estados Unidos.

Si usted es colombiano y desea adquirir uno de estos dólares Arcoíris, le recomiendo preparar su bolsillo con una tarifa base de 175 dólares, es decir 734.338 pesos. Luego de esto si desea obtener uno de los ejemplares más significativos o raros de este billete, Su tope máximo hasta el momento es de aproximadamente 30 mil dolores, que al cambio del peso colombiano ronda el valor de 125 millones de pesos.

En resumidas cuentas, hoy en día el auge de coleccionar cosas a causa de muchos factores como lo podrían ser series tal cual ‘El Precio de la Historia’ entre otras, sin duda alguna esto ha llevado a muchas personas a querer hacer parte de este mundo, muy en específico el de la numismática que con cifras tan desorbitadas como los son 30,000 dólares podríamos catalogarlo como uno de los gustos culposos, sin duda alguna, más costosos.