El martes en la mañana se reanudará una audiencia reservada en la que la Policía busca legalizar las capturas de al menos 5 personas, ejecutadas el pasado martes, 21 de enero.
Decenas de interceptaciones telefónicas, información de fuentes humanos y rastreos a cuentas bancarias, desencadenaron las detenciones, vinculadas a una investigación que busca desarticular a las células que vienen sembrando la violencia en medio de las marchas sociales que se registran en el país.
Se estableció que oficiales de inteligencia le siguen la pista a una conexión entres esas células que actúan especialmente en Bogotá, y disidencias de las Farc, ubicadas en Arauca.
Desde ese departamento se estarían moviendo recursos e instrucciones para intentar desestabilizar a Bogotá en las manifestaciones. Las primeras pistas fueron entregadas por un informante, cuya declaración está en manos de la Fiscalía.
«Hay evidencia de nexos entre los agitadores y las llamadas redes de apoyo al terrorismo. Las autoridades tienen videos de cómo, en plenas movilizaciones, encapuchados recibieron dinero e instrucciones desde varios vehículos».