La tensión en el sur de Ucrania continúa escalando tras un nuevo ataque aéreo ruso que sacudió la ciudad de Jersón en la mañana de este miércoles. Según autoridades locales, las fuerzas rusas utilizaron bombas planeadoras para lanzar el primer ataque y, minutos después, cuando los rescatistas llegaron al lugar para atender a los heridos, se desató una ofensiva de artillería que dejó un saldo preliminar de un muerto y al menos nueve heridos.
El jefe de la administración regional de Jersón, Oleksandr Prokudin, calificó la maniobra como una “táctica intencional de terror”, al señalar que las tropas rusas esperaron el arribo de los equipos médicos y de emergencia para lanzar una segunda ofensiva.
“Están utilizando métodos crueles para entorpecer los esfuerzos humanitarios, poniendo en peligro la vida de médicos, policías y socorristas”, denunció Prokudin.
Zonas civiles, entre los blancos del ataque
El bombardeo provocó daños en un supermercado, una instalación deportiva, varios vehículos civiles y residencias, según informaron las autoridades locales. Las imágenes compartidas en redes sociales muestran edificaciones destruidas y escombros esparcidos por las calles.
Este ataque se produce en medio de una serie de ofensivas recientes que han dejado decenas de muertos en otras regiones de Ucrania. El pasado domingo de Ramos, dos misiles balísticos impactaron la ciudad fronteriza de Sumy, dejando 35 personas muertas y más de 100 heridas en el que ha sido catalogado como uno de los ataques más letales contra civiles en lo que va del año.
Disputa sobre la tregua energética
Ambas partes habían anunciado a finales de marzo un acuerdo para detener los ataques a infraestructuras energéticas por 30 días. No obstante, Ucrania y Rusia se acusan mutuamente de violar sistemáticamente el pacto.
Mientras tanto, el Kremlin permanece ambiguo sobre si respetará o no la finalización del acuerdo temporal. Dmitry Peskov, portavoz del presidente ruso Vladimir Putin, evitó comprometerse este miércoles, asegurando que la decisión se tomará “a su debido tiempo”.
Putin, por su parte, mantiene su exigencia de que Ucrania suspenda el reclutamiento militar y la recepción de armamento occidental como condiciones para avanzar hacia una negociación de paz, algo que Kiev ha rechazado tajantemente.
Estados Unidos busca mediar, pero se intensifican tensiones
En paralelo a la escalada militar, Estados Unidos continúa su intento por mediar una salida diplomática al conflicto. El secretario de Estado, Marco Rubio, junto al enviado especial Steve Witkoff —cercano al expresidente Donald Trump— viajarán a París este jueves para reunirse con sus homólogos europeos en busca de avances hacia un eventual acuerdo de cese al fuego.
Witkoff, quien recientemente se reunió con Putin en Moscú por tercera vez, sostuvo que el líder ruso está abierto a una “paz duradera”, aunque centrada en que Ucrania reconozca como rusos cinco territorios ocupados, algo inaceptable para el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, quien respondió que “Ucrania jamás reconocerá la anexión de sus regiones”.
Acuerdo económico entre Ucrania y EE. UU. en desarrollo
A pesar del conflicto, Kiev y Washington también trabajan en una alianza estratégica para impulsar la inversión en Ucrania. La ministra de Economía, Yuliia Svyrydenko, informó que ambas naciones han avanzado significativamente en un memorando de intenciones que permitiría a Estados Unidos acceder a recursos minerales ucranianos a cambio de apoyo financiero y tecnológico.
Este acuerdo, aún en proceso de formalización, deberá ser ratificado por el parlamento ucraniano. Según Svyrydenko, el pacto busca “crear oportunidades de desarrollo económico sostenible y atraer inversiones que beneficien a ambas naciones”.
Una guerra sin tregua visible
Mientras las negociaciones diplomáticas avanzan con lentitud, la situación en el frente sigue deteriorándose. El ejército ruso mantiene su ofensiva en múltiples regiones a lo largo del frente de batalla de más de 1.000 kilómetros, mientras Ucrania teme que Moscú prepare una nueva embestida para fortalecer su posición en una eventual mesa de diálogo.