En el marco de la Semana de la Moda de Bogotá, la ciudad vivió una de las pasarelas más esperadas del año: el Regional Fashion Day 2025. Un evento que ya va en su cuarta edición, y que, bajo la dirección de la empresaria y modelo internacional María Camila Soutelo, ha logrado posicionarse como una de las plataformas más potentes de visibilidad para el talento emergente en la moda colombiana.
Con una producción de alto nivel, una estética cibernética-industrial que fusionó tecnología y crudeza visual, y la presencia de marcas como Eriko, ByVizcarra, Natalia Blanco, Arturo Tejada y Soutelo Atelier, el evento no solo agotó boletería, sino que dejó una huella contundente en el calendario de la moda nacional.
Algunas de estas modas han tenido presencia en el New York Fashion Week y en Dubái Fashion Week.
Hablamos con su directora para entender el corazón detrás del RFD, su conexión con su trayectoria internacional y el futuro que visualiza para esta propuesta única.
¿Cuál fue el motor personal que te impulsó a liderar este proyecto?
Desde mis primeros pasos en la industria a muy temprana edad, entendí que el talento por sí solo no garantiza acceso a las grandes pasarelas. El motor detrás del Regional Fashion Day fue precisamente ese: crear una plataforma sólida para visibilizar a diseñadores, modelos y creativos que no tienen las oportunidades que muchas veces da el capital económico o social. Esta cuarta edición —con más de 80 modelos en escena, sold out total, y una producción impecable— confirma que ese sueño compartido era necesario.
Decentralisar el mundo de la moda haciendo que aquellas personas que viven en regiones que cuentan con un gran talento ya sean diseñadores, artesanos, modelos y demás personas que aman esta industria, tengan un lugar al cual puedan acceder y disfrutar.
¿Cómo conecta esta iniciativa con tu trayectoria en la industria de la moda?
He desfilado en París, Milán, New York, Dubái, México, Brasil, entre otros países y escenarios de moda y siempre sentí la necesidad de traer ese nivel de exigencia a nuestro contexto. El RFD me permite aplicar toda esa experiencia en un evento que, desde Bogotá, está marcando un estándar internacional. Esta edición fue una muestra de ello: desde la curaduría hasta el styling liderado por la actriz y maquilladora profesional Ana Harlen, todo estuvo pensado con el más alto nivel.
¿Qué valores quisiste reflejar en esta edición del evento?
Diversidad, innovación y autenticidad. Nuestra ambientación cibernética-industrial nos permitió hablar del futuro sin perder de vista el valor humano. Apostamos por un casting que incluyó modelos como Paula Garp, Camila Esguerra y María Camila Soutelo, pero también por rostros nuevos, reales, de distintas edades, cuerpos y orígenes. Porque la moda también es representación. Todas las edades estuvieron presentes en nuestra versión.
¿Cómo ha evolucionado la moda en Bogotá en los últimos años?
Bogotá dejó de copiar tendencias externas y comenzó a proponer las suyas. Los diseñadores están conectando con sus raíces, con causas sociales, con sostenibilidad. Hoy vemos marcas como Natalia Blanco, Eriko, Soutelo Atelier o Arturo Tejada creando desde el alma, no desde la fórmula. Y RFD es parte de esa evolución: un espacio donde la moda es identidad y discurso.
¿Qué papel deben jugar estos espacios para fortalecer el talento emergente colombiano?
Son absolutamente necesarios. Representan libertad creativa, posibilidad y validación. RFD no es solo una pasarela, es una plataforma que impulsa, transforma y conecta. Muchos talentos que hoy están en Bogotá Fashion Week comenzaron con nosotros, incluso muchos talentos que desfilaron para la Bogotá fashion week, estuvieron en nuestra pasarela reafirmando que la moda no tiene epicentros, la moda está en cada rincón, y no cualquiera sino el que quiera puede hacer parte de este maravilloso mundo. Apoyar estos escenarios es sembrar futuro para la moda colombiana.
¿Qué aprendizaje personal te dejó esta producción?
Que cuando se trabaja con propósito, la magia sucede. Esta fue la edición más ambiciosa hasta ahora, y sin duda la más poderosa en términos de impacto. Ver a tantas marcas, modelos, maquilladores y estilistas apostándole a este espacio fue conmovedor. Aprendí que la moda también puede ser un acto de comunidad.
¿Cómo visualizas el futuro del evento a nivel nacional e internacional?
Visualizo el RFD como una plataforma itinerante que pueda llegar a otras ciudades de Colombia y del continente. Quiero que se convierta en una referencia en América Latina para lo nuevo, lo arriesgado, lo auténtico. Nuestra próxima edición estará inspirada en toda la cultura griega, pilar de las artes humanas. Un contraste total con esta versión industrial, pero igual de poderosa.
¿Qué mensaje te gustaría dejar a quienes sueñan con transformar la moda desde Colombia?
Que no esperen tenerlo todo. Yo comencé con una idea, con una necesidad genuina de cambiar cosas. Hoy, el RFD es una plataforma consolidada, con invitados como Paola Cazarán o Wendy Murillo, diseñadores top y una producción que compite a nivel global. Todo eso comenzó soñando en grande. Mi mensaje es: sueñen con sentido, trabajen con propósito y construyan con los pies en la tierra.
¿Cómo fue el proceso de convencer a los diseñadores de que esta sería una plataforma ideal para proyectar sus marcas?
Fue un acto de fe mutua. En la primera edición, muchos diseñadores apostaron por una visión: una plataforma distinta, inclusiva y de alto nivel. Hoy, marcas como ByVizcarra, Eriko, Soutelo Atelier, Natalia Blanco y Arturo Tejada, entre otras… son parte activa de este sueño. Eso demuestra que cuando se tiene una propuesta clara y coherente, el talento responde.
Sobre el Regional Fashion Day
Regional Fashion Day es una plataforma independiente de moda creada con el propósito de democratizar el acceso a los grandes escenarios de la industria. A diferencia de otros eventos, su enfoque es inclusivo, descentralizado y alternativo, apostando por la diversidad estética, la innovación narrativa y el talento real.
Celebrado en Bogotá como parte de la Semana de la Moda, RFD reúne diseñadores emergentes y marcas consolidadas, con una producción de alto nivel, casting diverso, y una puesta en escena vanguardista. En cada edición, busca no solo mostrar moda, sino contar historias que conecten, transformen y eleven la cultura de la moda colombiana.