En años recientes, debido a la proliferación de internet a nivel global, han emergido relatos que sorprenden a muchas personas. Hace poco, se hizo pública la extraordinaria relación de ‘justificaciones’ que durante más de dos décadas una docente italiana empleó para evitar acudir a su lugar de trabajo, mientras recibía su salario de manera habitual.
La auténtica identidad de la célebre ‘educadora espectral’ corresponde a Cinzia Paolina De Lio, cuya tarea era enseñar historia y filosofía en una institución educativa de Venecia, en Italia, y a través de la cual logró engañar a múltiples alumnos, progenitores y personal administrativo.
Todo salió a la luz cuando un conjunto de estudiantes optó por reportar las inasistencias de la docente, lo que llevó a que las autoridades y el personal administrativo del colegio llevaran a cabo las indagaciones pertinentes y determinaran la finalización de su contrato.
Los medios de comunicación de Venecia reportan que las faltas de la ‘profesora fantasma’ fueron excesivas y siempre ofrecía diversas justificaciones para no asistir a clases, como enfermedades propias o de sus familiares, accidentes domiciliarios o laborales, conferencias, congresos, y permisos por días administrativos, tales como licencias de maternidad o vacaciones.
Una de las cuestiones más frecuentes que surgen respecto a esta situación es: ¿cómo es posible que, durante más de dos décadas, nadie advirtiera la falta de la docente de historia? Se tiene conocimiento de que los denunciantes fueron los alumnos, ya que en las escasas ocasiones que la profesora aparecía, no impartía la lección correspondiente. Aseguran que llegaba al aula sin las clases preparadas y que improvisaba durante la sesión.
Asimismo, en sus declaraciones dirigidas a los responsables académicos, los jóvenes alumnos expresaron que, durante sus clases, la docente dedicaba gran parte del tiempo a su dispositivo móvil, respondiendo a mensajes personales de WhatsApp y descuidando su atención hacia ellos.
Señalan que la educadora en múltiples ocasiones comentó haber dejado los libros de texto en su hogar, lo que la llevaba a utilizar los materiales de sus estudiantes durante las clases.
Otro motivo que impulsó a los estudiantes a presentar quejas fue que, al momento de realizar evaluaciones, no se tomaba el tiempo necesario para revisarlas, y al evaluarles de forma oral durante las presentaciones, mostraba falta de atención debido a su enfoque en el celular, otorgando calificaciones sin un criterio justo.
La primera queja fue documentada en el año 2017, momento en el cual el Ministerio de Educación italiano optó por llevar a cabo una “evaluación de la docente De Lio”. Posteriormente, se dio inicio al procedimiento de despido; sin embargo, la situación no resultó ser tan simple, ya que Cinzia Paolina De Lio interpuso un recurso de apelación, lo que le permitió regresar a las aulas.
El juez responsable de la resolución del caso indicó que la investigación fue realizada de manera precipitada y que el inspector designado no dispuso del tiempo necesario para analizar y valorar el rendimiento de la docente, razón por la cual se le permitió reincorporarse a su puesto laboral.
Sin embargo, la situación no concluyó en ese punto, ya que en la agencia gubernamental decidieron no rendirse y apelaron ante el Tribunal de Casación, que finalmente determinó que la docente a la que se intentaba cesar por motivos válidos había estado empleada durante los últimos 24 años, aunque al considerar todas sus inasistencias, había estado ausente de sus funciones durante más de 20 años.
Un reportero del periódico italiano ‘La Repubblica’ intentó realizar una entrevista con Cinzia Paolina De Lio, quien a sus 56 años alcanzó notoriedad global, pero su única respuesta fue que su situación “era singular y surrealista”, añadiendo que no podía ofrecer más comentarios debido a que se encontraba en la playa.
Además, las informaciones de los medios locales apuntan a que la mujer utilizó su ‘tiempo libre’ y los ingresos que recibía puntualmente para avanzar en su formación académica, ya que se inscribió en el Colegio de Periodistas y logró finalizar tres títulos, enfocándose en ‘criminología, historia de la medicina y terapia asistida con animales’.