Un grave caso de violencia de género tiene consternados a los habitantes del barrio Boitá, en la localidad de Fontibón, Bogotá, luego de que una joven de 25 años fuera atropellada de manera violenta, presuntamente por su expareja sentimental, en lo que su entorno más cercano denuncia como un intento de feminicidio.

El hecho ocurrió en horas de la noche, cuando la víctima compartía unas cervezas con el agresor, tras insistencias del hombre para hablar con ella. Según relató una amiga que presenció los hechos, la situación escaló rápidamente a una agresión física. “Él no la quería dejar bajar del carro, le pegó un puño en la nariz y ella empezó a gritar para que no lo dejaran ir. Se bajó por detrás del carro, le pegó una patada, pero él arrancó en reversa y se la llevó enredada en las llantas”, explicó la testigo.

La joven fue trasladada de urgencia al Hospital de Fontibón, donde permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos con 18 fracturas, coágulos en los pulmones y múltiples lesiones internas. Su recuperación depende de varias cirugías complejas que ya están siendo programadas.

Además del dolor físico, la familia de la víctima ha denunciado posibles negligencias en la atención médica inicial. La amiga que la acompañaba aseguró que, tras ser remitida desde otra clínica, “la dejaron tirada en un pasillo del hospital”, sin recibir asistencia prioritaria a pesar de la gravedad de sus heridas.

Lo más alarmante es que el presunto agresor sigue en libertad. Según la familia, la joven ya había denunciado en otras ocasiones comportamientos violentos por parte del sujeto, aunque hasta el momento no se han revelado avances judiciales sobre su captura o proceso penal.

“Ella es madre de una niña de nueve años. Lo que pedimos es justicia. No puede quedar impune un acto tan atroz”, manifestó un familiar. La comunidad y organizaciones sociales hacen un llamado urgente a la Fiscalía General de la Nación para que acelere la investigación y se capture al responsable. Mientras tanto, la joven lucha por su vida, y su historia se convierte en un grito más contra la violencia que siguen enfrentando miles de mujeres en el país.