El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, abandonó este sábado la residencia donde cumple prisión domiciliaria para someterse a una serie de exámenes médicos, a pocas semanas de que la Corte Suprema emita un fallo en el proceso que enfrenta por una presunta intentona golpista.
Autorizado por el tribunal, el exmandatario de 70 años ingresó en la mañana al hospital DF Star de Brasilia, donde fue atendido tras presentar síntomas crónicos de reflujo e hipo, de acuerdo con la solicitud presentada por su defensa. La autorización le permite permanecer en el centro médico durante ocho horas antes de regresar a su residencia.
Bolsonaro, que aún padece secuelas de la puñalada recibida en 2018 durante su campaña presidencial, se limitó a saludar brevemente a una veintena de simpatizantes que lo esperaban en las afueras del hospital, portando banderas de Brasil, Israel y Estados Unidos. El exmandatario no entregó declaraciones a la prensa.
Desde comienzos de agosto cumple prisión domiciliaria por haber violado una orden judicial que le prohíbe expresarse en redes sociales, medida impuesta bajo el argumento de que usaba estas plataformas para obstruir la justicia.
El proceso judicial en su contra ha escalado hasta convertirse en un foco de tensión internacional. El expresidente estadounidense Donald Trump, aliado de Bolsonaro, ordenó aranceles del 50% a las importaciones brasileñas e impuso sanciones al juez Alexandre de Moraes, quien lidera el caso.
La Corte Suprema brasileña ha fijado varias sesiones entre el 2 y el 12 de septiembre para determinar si Bolsonaro es culpable de haber planificado un golpe de Estado contra el actual mandatario Luiz Inácio Lula da Silva. De ser hallado responsable, podría enfrentar hasta 40 años de prisión.
El exmandatario insiste en su inocencia y denuncia ser víctima de persecución política, mientras su caso mantiene en vilo tanto a la justicia como a la arena diplomática y comercial de Brasil.