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Gobernador del Cauca exige acciones contundentes del Gobierno ante escalada violenta y pide militarizar la Vía Panamericana

Crédito: Gobernación del Cauca

La crisis de orden público en el Cauca volvió a encender las alarmas nacionales. Tras una semana marcada por ataques armados, hostigamientos, explosiones y retenes ilegales atribuidos a las disidencias de las Farc al mando de alias Iván Mordisco, el gobernador del departamento, Octavio Guzmán, lanzó un mensaje directo al Gobierno Nacional: actuar con la misma firmeza que se aplicó recientemente en el Guaviare.

El mandatario advirtió que la situación en el Cauca ha llegado a un punto crítico. “En la última semana hemos enfrentado ataques permanentes en más de 12 municipios, atentando contra nuestra gente, contra la misión médica, destruyendo centros poblados y violando de manera flagrante el derecho internacional humanitario”, señaló Guzmán, quien insistió en que las medidas actuales no están dando resultados.

Según el gobernador, pese a las solicitudes de apoyo adicional, la ofensiva de los grupos armados ilegales continúa sin freno. “Hemos pedido refuerzos para nuestra fuerza pública y acciones preventivas en la Panamericana, pero los hechos violentos demuestran que las estrategias actuales no son suficientes”, afirmó.

En su pronunciamiento, hizo un llamado directo al ministro de Defensa y al presidente Gustavo Petro:
“Presidente, así como se tomaron decisiones firmes en el Guaviare, si es necesario adoptar medidas de la misma contundencia en el Cauca, hágalo. Esto desbordó nuestras capacidades institucionales. El pueblo caucano necesita acciones ya”.

Pide militarizar completamente la Vía Panamericana

La petición más enfática del gobernador fue reforzar sin dilación la seguridad en la Vía Panamericana, corredor vital que conecta el suroccidente del país. “Se hace urgente la militarización total de la Panamericana y medidas contundentes que devuelvan la tranquilidad a nuestro departamento”, dijo.

Una semana marcada por el terror

El llamado de Guzmán se da tras una cadena de ataques que ha golpeado a civiles y a la fuerza pública:

  • Mondomo, Santander de Quilichao: un ataque con explosivos y ráfagas de fusil contra la estación de policía dejó cuatro uniformados y dos civiles heridos, además de daños en viviendas, comercios y el puesto de salud.

  • Balboa: hostigamiento armado con saldo de cinco militares heridos y un uniformado secuestrado.

  • Guachené: hostigamiento a la Policía; luego fueron hallados dos cilindros en el parque principal, lo que obligó a evacuar la zona.

  • Retén ilegal en Mojarras, vía Panamericana Popayán–Pasto: integrantes de las disidencias abrieron fuego contra dos vehículos que no se detuvieron. Una persona murió y tres resultaron heridas, incluida una niña de dos años.

Con este nuevo estallido de violencia, el Cauca enfrenta uno de sus peores episodios de inseguridad en los últimos años. Las autoridades departamentales insisten en que la única salida es una intervención inmediata, coordinada y con medidas de choque que permitan frenar el avance de los grupos armados ilegales que tienen en jaque a la región.

Mientras tanto, la población civil permanece en vilo, temerosa de que la conflagración siga escalando si no se adoptan acciones de Estado inmediatas y de alto impacto.