El exsubsecretario de Defensa y exembajador de Estados Unidos ante la OEA, Frank Mora, afirmó en una entrevista que la relación entre Washington y Bogotá permanecerá tensa hasta el final del Gobierno de Gustavo Petro, previsto para agosto de 2026. Mora describió los próximos meses como un periodo de espera por parte de Estados Unidos, que optará por no provocar una confrontación abierta mientras transcurre una campaña política intensa en Colombia.
Según el exfuncionario, la estrategia estadounidense pasa por mantener distancia y “no insistir en una confrontación”, al menos durante los próximos ocho a diez meses. Mora advirtió que, aunque la administración de turno en Washington podría cambiar tras las elecciones en Estados Unidos, es difícil predecir cómo esa dinámica alteraría el rumbo de la relación bilateral; señaló además que actores como el senador Marco Rubio podrían influir en políticas más duras, incluidas medidas arancelarias o sanciones, si la tensión persiste.
Sobre las operaciones militares en el Caribe y las costas venezolanas, Mora descartó una invasión a gran escala y afirmó que Estados Unidos no dispone actualmente de la capacidad necesaria para ejecutar una operación de esa magnitud en la región. No obstante, no descartó acciones limitadas y de alta precisión: “Una operación quirúrgica contra pistas clandestinas o infraestructura militar es probable”, dijo, y sugirió el uso de capacidades como aviones F-35 o drones Reaper desde bases en Puerto Rico para objetivos concretos.
Mora también interpretó parte de la actividad estadounidense en la zona como una estrategia de presión política y psicológica destinada a generar tensiones internas en el régimen de Caracas. Sin embargo, se mostró escéptico respecto a la eficacia de esas tácticas: “Esa esperanza no está basada mucho en evidencia”, sostuvo, y describió al liderazgo venezolano como una coalición atrapada por redes criminales que sostienen al poder.
El exsubsecretario concluyó que lo más probable es que Washington recurra a operaciones limitadas que permitan anunciar resultados contra estructuras de narcotráfico y retirarse, buscando demostrar eficacia sin comprometerse en un conflicto mayor. Mientras tanto, la relación entre Estados Unidos y Colombia, según Mora, quedará marcada por la cautela y la expectativa hasta que cambien las circunstancias políticas en ambos países.