El Vaticano fue escenario este domingo 7 de septiembre de un hecho histórico para la Iglesia Católica: la canonización de Carlo Acutis, conocido como el “santo millennial”. La ceremonia, presidida por el papa León XIV, contó con la presencia de miles de fieles y estuvo marcada por la validación de un milagro ocurrido en Costa Rica que resultó decisivo para su proclamación.
El padre Mario Segura, secretario adjunto de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, relató que la intercesión de Acutis estuvo vinculada al caso de Valeria Vargas, una joven costarricense que sufrió un accidente en bicicleta en Florencia, Italia, el 2 de julio. La joven quedó en coma por un hematoma en el cráneo y los pronósticos médicos eran poco alentadores.
La madre de Valeria viajó a Asís, lugar donde reposan las reliquias del joven beato, y oró por la salud de su hija. El 8 de julio, día en que elevó sus plegarias, recibió una llamada desde el hospital informándole que su hija había comenzado a mostrar signos de recuperación. La mejoría se dio en un lapso sorprendentemente corto y, tras 22 días en cuidados intensivos, Valeria fue trasladada a un hospital general para continuar con su recuperación.
El Vaticano sometió este testimonio a un riguroso análisis. Una junta médica confirmó que la recuperación no tenía explicación científica, mientras que teólogos, cardenales y obispos validaron que el hecho podía atribuirse a la intercesión de Carlo Acutis. En enero de 2023, la madre y la joven viajaron nuevamente a Asís para agradecer lo que consideraban una segunda oportunidad de vida.
La canonización de Acutis, quien falleció en 2006 a los 15 años a causa de una leucemia fulminante, envía un mensaje inspirador a los jóvenes de todo el mundo. Su vida sencilla, su profunda fe y su interés por utilizar la tecnología para difundir el Evangelio lo convirtieron en un referente de la espiritualidad contemporánea.
“El milagro acontece, bendito sea Dios, pero también es un camino que nos lleva a la vida verdadera”, señaló el padre Segura al referirse a este proceso que no solo marca un hito para la Iglesia Católica, sino también para Costa Rica, país que ya había tenido participación en el reconocimiento de un milagro atribuido a san Juan Pablo II.
Con este reconocimiento, Carlo Acutis se suma oficialmente a la lista de santos, siendo considerado el primero de la era digital y un ejemplo de fe para nuevas generaciones.