El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el fin de la ayuda económica a Colombia tras acusar al mandatario Gustavo Petro de tolerar el crecimiento de la producción de drogas en el país. La decisión fue comunicada a través de su red social Truth Social, donde el mandatario estadounidense aseguró que su Gobierno no continuará enviando recursos a una nación que, según él, “ha convertido el narcotráfico en su principal negocio”.
Trump afirmó que, pese a los subsidios y pagos millonarios entregados por Estados Unidos para combatir el narcotráfico, Colombia no ha mostrado resultados reales. “Se ha convertido en el negocio más grande de Colombia y Petro no hace nada para detenerlo. Estos pagos son una estafa a largo plazo para nuestro país”, escribió el presidente estadounidense, quien además ordenó el cierre inmediato de los campos de producción de drogas con destino a su nación.
Minutos después, el presidente Gustavo Petro respondió de forma contundente a las declaraciones de su homólogo norteamericano. “Trump está engañado por sus asesores. El principal enemigo del narcotráfico en el siglo XXI fui yo, quien destapó sus vínculos con el poder político colombiano”, expresó el mandatario en un mensaje público, reafirmando su compromiso con la lucha contra las mafias y el crimen organizado.
El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, calificó los señalamientos de Trump como “un irrespeto a Colombia”, asegurando que el Gobierno Nacional ha reforzado las acciones de interdicción y erradicación. “Puedo dar total fe del empeño del presidente Petro para neutralizar el narcotráfico en todas sus formas”, manifestó el jefe de la cartera de defensa.
Por su parte, el procurador general, Gregorio Eljach, también rechazó las afirmaciones del presidente estadounidense, argumentando que se trata de una acusación sin sustento. “No existe evidencia alguna que respalde esa declaración. Colombia es un Estado democrático con instituciones que funcionan”, enfatizó.
Cabe recordar que, hace apenas un mes, Washington retiró a Colombia la condición de país aliado en la lucha contra el narcotráfico, lo que implica la pérdida de importantes recursos financieros y apoyo logístico que el país recibía de Estados Unidos. Esta nueva decisión de Trump profundiza la tensión diplomática entre ambos gobiernos, en un contexto regional marcado por el debate sobre la efectividad de la política antidrogas y la soberanía de los países productores.