El presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, ha sido condenado este viernes 10 de enero en un hecho histórico, convirtiéndose en el primer presidente electo con una condena penal en su haber. Esta sentencia, aunque simbólica, no conlleva prisión, multa ni libertad condicional, pero mantiene su culpabilidad en relación con el caso de la exactriz de cine para adultos, Stormy Daniels.
El Tribunal de Distrito de Manhattan, presidido por el juez Juan Merchan, dictó que, debido a su cargo de presidente electo, la única pena viable sería la de una “libertad sin cargos”, lo que significa que la sentencia no impone sanciones penales tradicionales, pero reconoce la culpabilidad del mandatario electo.
Trump, quien asumirá el cargo de presidente por segunda vez el próximo 20 de enero, había sido hallado culpable en mayo de 2023 por un jurado popular de 34 cargos de falsificación contable. Se trataba de ocultar un pago de 130.000 dólares a Stormy Daniels en los días previos a las elecciones de 2016, para tapar una relación extramatrimonial de hace más de una década. Los abogados de Trump intentaron en varias ocasiones que el caso fuera sobreseído, argumentando que su inmunidad presidencial en funciones debía aplicarse también a su estatus de presidente electo, pero la Corte Suprema negó el recurso.
El presidente electo calificó el proceso judicial de una “vergüenza para el sistema”, y expresó que las acusaciones formaban parte de una campaña para dañar su imagen y sus posibilidades de ganar las elecciones. Este veredicto se produce en medio de un clima de tensiones judiciales, con otros casos pendientes, como el intento de revertir los resultados de las elecciones de 2020 y la gestión de documentos clasificados.
A pesar de las decisiones legales en su contra, la condena no interrumpirá su toma de posesión el 20 de enero, y las autoridades judiciales aseguran que “el juicio debe ser respetado” para mantener la integridad del sistema de justicia estadounidense.
¿Qué opina Trump de esta situación? El expresidente ha dicho que estas acciones judiciales son una estrategia para “socavar su imagen” y, por lo tanto, obstaculizar su retorno a la Casa Blanca. La pelea judicial no parece terminar aquí, ya que Trump sigue enfrentando múltiples procesos que podrían seguir marcando su legado político.