El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles su intención de utilizar la prisión de Guantánamo para albergar hasta 30.000 migrantes en situación irregular, a quienes ha calificado como “criminales peligrosos”.
“He firmado un decreto para que los Departamentos de Defensa y Seguridad Nacional comiencen los preparativos necesarios para recibir a migrantes en la bahía de Guantánamo”, afirmó Trump, reforzando su discurso sobre el endurecimiento de las políticas migratorias.
Durante su campaña, el mandatario ha insistido en que la llegada de migrantes representa una amenaza para el país, a pesar de que no existen pruebas oficiales que vinculen la migración con un aumento en la criminalidad.
Guantánamo: de prisión antiterrorista a centro de detención migratoria
La cárcel de Guantánamo, inaugurada en 2002 en una base militar estadounidense en Cuba, se utilizó inicialmente para recluir a sospechosos de terrorismo tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Sin embargo, documentos obtenidos en 2024 por el New York Times revelaron que esta instalación ha servido en ocasiones para retener a migrantes interceptados en el mar.
El uso de Guantánamo para estos fines ha generado controversia debido a las condiciones extremas de detención y denuncias de abusos. Organizaciones de derechos humanos han alertado sobre el trato recibido por los migrantes en la base, incluyendo restricciones en sus comunicaciones legales y condiciones de higiene deficientes.
Nueva legislación para endurecer detenciones
Trump también promulgó una ley que ordena la detención inmediata de migrantes en situación irregular que sean acusados de ciertos delitos, como el robo. La medida lleva el nombre de Laken Riley, una joven estadounidense asesinada por un migrante venezolano en situación irregular.
“La ley Laken Riley será un símbolo de justicia y permanecerá en nuestro marco legal para siempre”, declaró Trump, reforzando su postura de mano dura contra la inmigración.
El anuncio sobre Guantánamo ha generado un fuerte debate dentro y fuera de Estados Unidos, mientras se espera una respuesta de organismos internacionales ante esta controvertida decisión.