El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, calificó como un “ataque político” y una “farsa amañada” la sentencia emitida por el juez Juan Merchan, quien fijó para el próximo 10 de enero la lectura del fallo definitivo en el caso de los pagos encubiertos a la ex actriz porno Stormy Daniels.
Trump reacciona: acusa parcialidad y censura
A través de su plataforma en redes sociales, Trump manifestó su rechazo hacia el juicio, calificándolo de ilegítimo y señalando que socava los principios democráticos de la nación. “El juez Merchan, un radical partidario, acaba de emitir otra orden deliberadamente ilegal que va en contra de nuestra Constitución. Si se le permite seguir, será el fin de la presidencia tal como la conocemos”, escribió el líder republicano.
Asimismo, acusó al magistrado de limitar su capacidad para presentar pruebas relacionadas con supuestos conflictos de interés que, según él, comprometerían la imparcialidad del juez y su familia.
La postura de la defensa
El equipo legal de Trump ha intentado, sin éxito, que el caso sea desestimado, argumentando que carece de fundamento jurídico. Steven Cheung, portavoz del expresidente, expresó: “Este caso sin fundamento nunca debió ser presentado y la Constitución exige que se desestime de inmediato”. Además, reafirmó que Trump continuará luchando contra las acusaciones que considera infundadas.
El caso Stormy Daniels: un capítulo polémico
El caso se centra en los pagos realizados a Stormy Daniels durante la campaña presidencial de 2016, presuntamente para evitar que revelara detalles de una supuesta relación con Trump. Estos pagos habrían sido ocultados a través de registros financieros y han sido el eje de la acusación de fraude y violación de las leyes de financiamiento de campañas.
Trump, que regresa a la presidencia de los Estados Unidos, ha utilizado el caso como un punto de ataque, denunciando que forma parte de una campaña de persecución política en su contra.
Un juicio en el epicentro de la política estadounidense
El caso ha generado un intenso debate en Estados Unidos, polarizando aún más el panorama político. Los críticos de Trump consideran que el juicio representa un esfuerzo necesario para hacer cumplir la ley, mientras que sus seguidores lo ven como una maniobra para bloquear su candidatura presidencial.
Con la fecha de sentencia fijada para el 10 de enero, el caso promete ser un tema central en la agenda política del país en el inicio del próximo año, marcando un hito en la batalla legal y política que enfrenta el expresidente.