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Distribuidores de combustibles advierten riesgo para la soberanía energética y estabilidad del sector en Colombia

El panorama del sector de combustibles en Colombia se torna cada vez más complejo. Durante la antesala del Congreso Nacional de Distribuidores Minoristas de Combustibles y Energéticos, el vocero gremial David Jiménez Mejía alertó sobre la difícil situación económica que atraviesan las estaciones de servicio y el riesgo que enfrentan ante las actuales políticas energéticas del país.

Según Jiménez, las cerca de 6.400 estaciones de servicio que operan en el territorio nacional están viendo reducidos sus márgenes de comercialización mientras los costos operativos aumentan, una situación que pone en riesgo la sostenibilidad de un sector clave para la economía nacional. “Hoy la competitividad del gremio está debilitada. Los márgenes de comercialización, sobre todo en las zonas apartadas, no compensan los altos costos de operación”, afirmó el dirigente.

Uno de los temas que más preocupación genera entre los empresarios es la posibilidad de aplicar un IVA del 19 % a la importación de combustibles, una medida que, según Jiménez, tendría un impacto inmediato en el precio final que pagan los consumidores. “Si al 60 % del valor del combustible se le suma ese 19 %, estaríamos hablando de un incremento cercano a los mil pesos por galón o más”, advirtió.

El gremio recordó que los impuestos ya representan una porción considerable del costo del combustible. En el caso de la gasolina, los tributos alcanzan cerca del 20 % del valor por galón, lo que equivale a unos 3.000 o 3.500 pesos, mientras que en el diésel rondan los 2.200 pesos.

Jiménez también subrayó el papel del sector en el recaudo nacional, aportando más de 9 billones de pesos anuales en impuestos como IVA, sobretasa e impuesto al carbono. “Si se afecta la distribución y el suministro de combustibles, el impacto no solo será en el transporte y la movilidad, sino también en los ingresos fiscales de la Nación y de los entes territoriales”, destacó.

El vocero advirtió además sobre un riesgo mayor: la pérdida de soberanía energética del país. Con la disminución en los niveles de exploración y producción de hidrocarburos, Colombia depende cada vez más de la importación de combustibles. Actualmente, el país importa el 40 % de la gasolina corriente y el 10 % del diésel, lo que lo deja expuesto a las variaciones del mercado internacional.

“Si seguimos reduciendo la exploración y explotación, perderemos la autonomía energética que por años nos protegió de los cambios en los precios internacionales. Importar más significa pagar más por cada galón, y esto se traduce en un impacto directo sobre la economía nacional y la inflación”, explicó Jiménez.

Finalmente, el dirigente gremial insistió en la necesidad de abordar la discusión sobre impuestos, precios y abastecimiento en escenarios técnicos y de concertación, sin poner en riesgo la estabilidad del sistema de distribución ni la viabilidad de las estaciones de servicio. “Este es un negocio de volumen. Cuando el precio sube, la demanda cae, y eso se refleja en toda la cadena. Es fundamental garantizar la sostenibilidad del sector para proteger la economía del país”, concluyó.