Diez años después, una hamburguesa de McDonald’s aún sobrevive

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Una década después de que la cadena de hamburguesas cerrara en Islandia, a través de una transmisión en vivo se puede ver el estado de la última hamburguesa pedida en la isla. Su apariencia no ha cambiado nada.

Fue Hjortur Smarason, quien en 2009, justo antes del cierre de la cadena de hamburguesa decidió comprar un cheeseburger y una porción de patatas fritas. A saber que sería el cierre definitivo, el sujeto la compró por su contenido histórico. «Había oído que la comida de McDonald’s nunca se descompone, así que sólo quería ver si era la verdad o no», explicó.

Hoy este pedido de hamburguesa y patatas fritas está expuesto en el hostal Snotra House de la ciudad de Thykkvibaer (el sur de Islandia), protegido por una vitrina especial. Según el propietario del establecimiento, Sigurdur Gylfason, gente del todo el mundo llega al hostal para ver la comida.

Ante tal fenómeno, la empresa en 2013 explicó que «en un ambiente adecuado, nuestras hamburguesas, como la mayoría de los alimentos, podrían descomponerse» y añadió que en condiciones de sequedad ambiental, «solo se secan», sin que aparezca moho o bacterias y el resguardo en el que están ralentiza la descomposición.

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