El Carnaval de Barranquilla, Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad, dio un paso trascendental hacia la sostenibilidad ambiental al presentar oficialmente su Plan de Descarbonización 2026, con el que busca reducir y compensar el impacto ambiental de la fiesta más grande de Colombia.
En el marco de este proceso, la Gran Parada de Tradición 2025 se convirtió en el primer evento certificado como Carbono Neutral en la historia del Carnaval. Este logro fue posible gracias a la compensación de emisiones a través de la compra de bonos de carbono, con la certificación de Cataruben, y a la validación de Icontec, entidad que verificó la medición de la huella de carbono.
El Plan de Descarbonización 2026 surge de un trabajo técnico y participativo en el que se midieron y caracterizaron los impactos ambientales de los eventos carnavaleros. A partir de esta información, se definieron acciones concretas y medibles que integran la visión de hacedores, vendedores, operadores logísticos, autoridades y comunidad.
El documento no solo cuantifica las principales fuentes de emisiones, sino que también plantea estrategias de reducción y compensación, con el propósito de garantizar que la fiesta mantenga su esencia cultural mientras se convierte en un referente de sostenibilidad.
“Este plan es un punto de partida para un Carnaval más consciente con su entorno. Aquí la tradición y el patrimonio trabajan en conjunto con el medioambiente”, señalaron voceros de la organización, destacando el apoyo de aliados estratégicos como la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA), el Programa Atlánti C02, Exoexplora, Inubaq, Icontec y Cataruben.
El Carnaval de Barranquilla, ya reconocido como organización operadora de eventos sostenibles, reafirma con este proyecto su compromiso en los tres ejes fundamentales de la sostenibilidad: económico, social y ambiental. La meta es clara: consolidar una fiesta que, además de salvaguardar la cultura, se proyecte en el país y el mundo como un ejemplo de responsabilidad ambiental y cultural.
Con esta iniciativa, Barranquilla fortalece su liderazgo en la región al demostrar que tradición y sostenibilidad pueden ir de la mano, garantizando que el Carnaval siga siendo motivo de orgullo para los colombianos y un modelo de innovación cultural en el escenario internacional.