Las autoridades de Utah confirmaron este viernes la captura de Tyler James Robinson, de 22 años, señalado como el presunto autor del asesinato del activista conservador Charlie Kirk, ocurrido el pasado miércoles durante un acto público en la Universidad del Valle de Utah. El crimen, que conmocionó a Estados Unidos, ha sido descrito como uno de los episodios de violencia política más graves en los últimos años.
El gobernador de Utah, Spencer Cox, anunció en rueda de prensa que Robinson fue entregado a las autoridades por un allegado de su familia después de que circularan las imágenes del sospechoso. Según Cox, el joven habría confesado a un familiar haber disparado contra Kirk, quien a su vez compartió la información con un conocido que alertó a la policía. “Lo tenemos”, dijo el gobernador, confirmando que el detenido “confesó o insinuó” su responsabilidad en el ataque.
Durante el operativo de captura, las autoridades recuperaron un rifle de caza Mauser M98 con mira telescópica y varios casquillos encontrados en la escena del crimen. Algunos de ellos llevaban inscripciones como “nota bultos”, “oye fascista”, “bella ciao” y frases homofóbicas, lo que refuerza la hipótesis de que se trató de un ataque con motivaciones políticas.
Miembros de la familia del sospechoso indicaron a los investigadores que Robinson “se había vuelto más político en los últimos años” y que, en una cena reciente, expresó su desagrado hacia Kirk tras enterarse de que visitaría la universidad. “Estaba lleno de odio”, citó Cox sobre los testimonios familiares.
Kirk, de 31 años, era una de las figuras centrales del conservadurismo juvenil en Estados Unidos como fundador y director de Turning Point USA y aliado cercano del expresidente Donald Trump y del vicepresidente J. D. Vance. Fue asesinado de un disparo mientras ofrecía un discurso ante cientos de asistentes en Orem, a 56 kilómetros al sur de Salt Lake City.
Robinson fue arrestado a las 4:00 a.m. del viernes en Washington, Utah, y trasladado a la cárcel del condado en Spanish Fork, a unos 400 kilómetros al norte. Registros oficiales muestran que se le asignó una “chaqueta suicida”, prenda utilizada para reclusos con riesgo de autolesión.
El director del FBI, Kash Patel, quien enfrentó críticas por difundir erróneamente la foto de otra persona al inicio de la investigación, calificó la captura de Robinson en menos de 33 horas como “histórica”. “Esto es lo que pasa cuando dejas que los buenos policías sean policías”, señaló antes de enviar un mensaje de despedida a Kirk: “Descansa, hermano. Tenemos la guardia y nos vemos en el Valhalla”.
Visiblemente conmovido, el gobernador Cox condenó la violencia política y advirtió sobre sus riesgos para el sistema democrático estadounidense. “Es un ataque contra todos nosotros, contra el experimento americano, contra nuestros ideales”, enfatizó. También hizo un llamado a la moderación y al respeto en el debate público: “La violencia política es diferente de cualquier otro tipo de violencia. No podremos resolver nuestros principales problemas sin civilidad”.
La detención de Robinson representa un avance crucial en la investigación, mientras la opinión pública estadounidense sigue atenta al proceso judicial y al impacto que este crimen tendrá en el clima político del país.