El sector cinematográfico en Estados Unidos atraviesa uno de sus momentos más críticos con la confirmación de que CMX Cinemas, reconocida cadena de cines premium con sede en Miami y filial del grupo mexicano Cinemex Holdings USA, se acogió por segunda vez al proceso de bancarrota. Esta situación evidencia la fragilidad de un modelo de negocio golpeado por la transformación de los hábitos de consumo y el auge de las plataformas de streaming.
CMX Cinemas llegó en 2016 al mercado estadounidense con un formato de lujo que incluía sillas reclinables, gastronomía en sala y tecnología de última generación. Sin embargo, tras la pandemia de covid-19 y la lenta recuperación posterior, la empresa no logró sostener su modelo. Ya en 2020 se había acogido al Capítulo 11 de la Ley de Bancarrota, pero pese a un plan de reestructuración que permitió mantener parte de sus operaciones, los resultados nunca fueron los esperados. La asistencia de público no volvió a los niveles previos y la empresa continuó acumulando pasivos que hoy superan ampliamente sus activos.
Durante la crisis sanitaria, CMX llegó a reportar deudas cercanas a los 100 millones de dólares. Aunque en la actualidad sus activos anuales se ubican entre 100.000 y 500.000 dólares, sus pasivos son mucho mayores, lo que compromete su viabilidad financiera. El desplome se atribuye a un cambio cultural de los consumidores, que ahora privilegian la comodidad y los precios accesibles de las plataformas digitales frente al lujo de las salas físicas.
Este panorama no es exclusivo de CMX. La industria cinematográfica en su conjunto enfrenta un escenario adverso. Plataformas de streaming ofrecen estrenos inmediatos, maratones sin horarios y precios competitivos, ventajas imposibles de igualar para las cadenas de cine tradicionales. El costo de vida también ha limitado la asistencia a las salas, obligando a muchas familias a prescindir de este tipo de entretenimiento.
Cadenas históricas han sufrido la misma suerte. Cineworld, propietaria de Regal, se declaró en bancarrota en 2022 tras no poder manejar su deuda multimillonaria. AMC, la mayor cadena del mundo, solo logró sobrevivir con emisiones de acciones y bonos y un inesperado respaldo de pequeños inversores. Analistas del sector prevén que, de mantenerse esta tendencia, las salas de cine masivas podrían reducirse a eventos puntuales o experiencias especiales, dejando a la industria tradicional con un futuro cada vez más incierto.
La situación de CMX Cinemas, que alguna vez se proyectó como un referente del cine premium en Estados Unidos, refleja la profunda transformación que atraviesa el entretenimiento en la era digital y plantea preguntas sobre la sostenibilidad de las salas físicas frente al crecimiento imparable del streaming.