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Birmania impone ley marcial en varias ciudades ante crecientes protestas

La ley marcial impone toque de queda, prohíbe reuniones de más de cinco personas y discursos públicos.

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Este lunes la junta militar de Birmania impuso la ley marcial en varias ciudades, como respuesta las manifestaciones que por tercer día consecutivo inundaron las calles del país para protestar contra el golpe de Estado ejecutado hace una semana.

Luego de que el pais quedara este lunes prácticamente paralizado por una huelga general de trabajadores y protestas masivas, los militares declararon la ley marcial en cinco localidades, en las que se impone un toque de queda, prohíbe reuniones de más de cinco personas y discursos públicos.

La medida , que afecta a dos distritos de Rangún, la mayor ciudad y el centro económico del país, entró en vigor este lunes también en Mandalay, Monywa, Loikaw y Hpsaung, Myaungmya.

El anuncio llegó después de que los militares a través del canal de la televisión estatal MRTV, amenazaran con tomar acciones contra los manifestantes y les acusaran de dañar la estabilidad del país, la seguridad y el Estado de derecho.

Los medios estatales o próximos al Ejército habían evitado cualquier noticia sobre las movilizaciones contra los uniformados y el anuncio hace temer una escalada de detenciones y la represión policial.

En la capital, Naipydó, miles de personas se concentraron en la zona de los ministerios, la policía utilizó cañones de agua contra los manifestantes durante al menos 30 minutos con el objetivo de disolver las protestas.

Desde que comenzaron las protestas masivas el fin de semana, las fuerzas de seguridad no habían cargado contra los manifestantes que, por su parte, han evitado en todo momento la confrontación con la policía.

Birmania está viviendo multitudinarias manifestaciones no vistas en más de un década en el país, a pesar de que las autoridades han bloqueado redes sociales como Facebook o Twitter e incluso cortaron internet durante 24 horas y las líneas de teléfono temporalmente durante el fin de semana.

Un movimiento de desobediencia civil iniciado por el personal sanitario se extendió por todo el país desde que el pasado 1 de febrero el Ejército ejecutara un golpe de Estado para hacerse con el poder y detuviera a parte del Gobierno electo, incluida a la líder de facto, Aung San Suu Kyi.