Un ambicioso proyecto de recuperación ambiental y desarrollo económico ha sido implementado en el Atlántico, donde más de 7.200 kilos de taruya o buchón de agua han sido transformados en emprendimientos sostenibles y turismo ecológico.
Gracias a la articulación entre la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA) y la Red Summa, más de 250 personas en municipios como Repelón, Luruaco, Manatí, Malambo y Sabanalarga han sido capacitadas en bioeconomía y ecoturismo, convirtiendo una crisis ambiental en fuente de ingresos.
Uno de los hitos más importantes del proyecto es la implementación de un modelo de turismo sostenible en la Ciénaga de Mallorquín. Allí, pescadores y sus familias han sido entrenados para ofrecer recorridos a bordo de “Las Curramberas”, embarcaciones adaptadas para brindar una experiencia ecológica a visitantes.
“Este es un modelo que muestra cómo el desarrollo económico y la conservación ambiental pueden ir de la mano”, expresó Jesús León Insignares, director de la CRA.
Los recorridos turísticos ya están en operación, con salidas de miércoles a domingo desde el muelle del sector La Playita, en Barranquilla. Con esta iniciativa, el Atlántico se posiciona como un referente en turismo responsable y aprovechamiento sostenible de recursos naturales en la región Caribe.