La pasarela de Shanghai en el Fashion Week ha vuelto a encender los reflectores de la moda global con una semana vibrante y cargada de innovación. Con cerca de muchas marcas en escena, la edición FW25 no solo mostró la fuerza de los diseñadores emergentes chinos, sino también su capacidad para reinterpretar códigos clásicos con una mirada contemporánea, atrevida y muy personal.
Lo que alguna vez fue un adorno discreto en el estilo de shanghai, en esta edición se convirtió en protagonista. Los flecos dominaron la narrativa visual de varias colecciones, jugando entre la nostalgia y el dramatismo. El diseñador Xu Zhi, en plena celebración del décimo aniversario de su marca, hizo de ellos un lenguaje estructural. Otras firmas como Mark Gong y Samuel Guì Yang también apostaron por largos hilos que se movían al ritmo del cuerpo, dando forma y vida a siluetas llenas de dinamismo.
Por su parte, Los textiles que imitan piel animal (afortunadamente, en su mayoría sintéticos) regresan con fuerza, no solo como sinónimo de elegancia, sino como símbolo cultural. Marcas como NMTG se inspiraron en los pueblos evenki del norte de Asia, integrando estolas y abrigos voluminosos que evocan climas extremos y herencias ancestrales, mientras otros diseñadores optaron por darle a estos tejidos un giro de glamour urbano. Una estética futurista y casi etérea se apoderó de varias propuestas, especialmente en las de Weiræn, Lsoul y BillionDevon. Los metálicos, los blancos fríos y los tonos púrpura espaciales crearon paisajes textiles que parecen sacados de una distopía elegante. Esta tendencia, con toques cósmicos, aporta un aire de fantasía tecnológica al vestuario del mañana.
Para la temporada de invierno 2025 se vislumbra como una temporada donde la sofisticación se fusiona con la funcionalidad. Blazers sólidos, chaquetas técnicas y abrigos con aires militares aparecieron como símbolos de protección emocional ante la incertidumbre moderna. Marcas como Private Policy y WMWM apostaron por reinterpretar piezas clásicas con detalles disruptivos, desde bolsillos tácticos hasta delicadas blusas de encaje escondidas bajo prendas robustas.
Por otra parte, los colores y el estilo de la moda tiene una conexión entre lo ancestral y lo vanguardista se reflejó en los tonos tierra oscuros, utilizados de manera opuesta por firmas como Hemu y Oude Waag. Donde una celebró lo ritual, la otra se aferró a lo minimalista. En ambos casos, los colores fueron vehículos de una narrativa introspectiva y sofisticada, con cortes precisos y detalles sutiles que invitaban a mirar de cerca. Marcas como AWR y Sanqiang transformaron el plumón en piezas arquitectónicas: capas monumentales, vestidos con volumen 3D, botas con bordes sobresalientes. Incluso Jarelzhang experimentó con protuberancias minimalistas que dotaban a sus chaquetas de una silueta futurista e intrigante.