El presidente Gustavo Petro confirmó que Colombia reactivará el servicio aéreo civil con Venezuela y exhortó a otros países a seguir el mismo camino, en medio de la controversia generada por la decisión del gobierno de Estados Unidos, encabezado por Donald Trump, de prohibir los vuelos hacia y desde territorio venezolano. Para el mandatario colombiano, esta medida constituye una violación al derecho internacional y un ataque directo a la soberanía.

“Colombia restablece el servicio aéreo civil con Venezuela e invita al mundo a hacerlo. Es hora de diálogos, no de barbarie”, expresó Petro en un mensaje público, defendiendo que ningún país tiene la potestad de cerrar el espacio aéreo de otro.

El jefe de Estado reiteró que, aunque Estados Unidos puede imponer restricciones a sus propias aerolíneas, no puede extender esas decisiones a compañías de otros países. “EE. UU. no tiene el derecho de cerrar el espacio aéreo venezolano. Puede hacerlo con sus aerolíneas, pero no con las del mundo”, sostuvo.

Petro insistió en que la orden de Trump desconoce los principios básicos del derecho internacional. “¿Bajo qué norma un presidente puede cerrar el espacio aéreo de otra nación?”, cuestionó, al tiempo que defendió a Venezuela como víctima de una medida unilateral sin sustento jurídico.

Como presidente pro tempore de la CELAC, Petro anunció que solicitará a la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) convocar una reunión urgente para evaluar la situación y fijar una postura global frente al impacto que esta decisión pueda tener para la región. “Si la OACI permite esto, se acaba el concepto de soberanía nacional”, advirtió.

El mandatario también pidió a la Unión Europea y a los países de América Latina y el Caribe a retomar sus vuelos hacia Venezuela y a sancionar a las aerolíneas que no lo hagan, señalando que es necesario defender el ordenamiento jurídico internacional frente a decisiones unilaterales que, según él, ponen en riesgo la estabilidad diplomática y la conectividad regional.

Finalmente, Petro extendió un llamado directo al presidente estadounidense para que respete los principios del derecho internacional y la autonomía de cada nación sobre su propio espacio aéreo.