En un hecho judicial de alto impacto nacional, el Tribunal Superior de Antioquia profirió una condena de 28 años de prisión contra Santiago Uribe Vélez, hermano del expresidente Álvaro Uribe, tras hallarlo culpable de los delitos de homicidio y concierto para delinquir.
La decisión, adoptada en segunda instancia, dejó sin efectos el fallo absolutorio emitido por un juez de Medellín, quien en primera instancia había considerado que no existían pruebas suficientes para condenar al ganadero antioqueño. Sin embargo, el Tribunal revisó nuevamente el expediente y concluyó que sí había elementos para derivar responsabilidad penal en los hechos investigados.
El caso, que ha sido uno de los procesos más sensibles de los últimos años por las implicaciones políticas y sociales, gira en torno a señalamientos sobre presuntos vínculos de Santiago Uribe con estructuras paramilitares en el norte de Antioquia, así como su participación en un homicidio ocurrido en la región.
La sentencia de segunda instancia reconfigura el panorama judicial del caso y marca un precedente dentro de las decisiones tomadas por las autoridades judiciales en el país. Ahora, la defensa de Uribe Vélez podrá acudir a los recursos extraordinarios que concede la ley, como la casación ante la Corte Suprema de Justicia, para intentar revertir el fallo.
Mientras tanto, la condena emitida por el Tribunal Superior de Antioquia se convierte en un nuevo capítulo dentro de las controversias jurídicas que rodean a miembros del círculo cercano del expresidente, abriendo una discusión nacional sobre el alcance de las responsabilidades penales en el contexto del conflicto armado y las estructuras criminales que operaron en diferentes regiones de Colombia.


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