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Treinta años después del crimen de Álvaro Gómez Hurtado su legado político y pensamiento siguen marcando la historia de Colombia

Se cumplieron tres décadas del asesinato de Álvaro Gómez Hurtado, una de las figuras más influyentes y complejas de la política colombiana del siglo XX. Con motivo de la conmemoración, el escritor Juan Esteban Constaín —autor del libro Álvaro: su vida y su siglo— compartió una profunda reflexión sobre la vida, el pensamiento y la trascendencia histórica del líder conservador asesinado el 2 de noviembre de 1995 en Bogotá.

Constaín recordó que, a pesar de haber crecido en una familia liberal, siempre sintió admiración por Gómez Hurtado. Una frase de su abuela durante las elecciones de 1986 lo marcó: “Qué lástima que Álvaro Gómez sea tan inteligente”. Aquella curiosidad lo llevó a descubrir a un político de pensamiento brillante, un verdadero estadista y un hombre con una visión estética de la política.

El autor, quien posteriormente entabló amistad con la familia del dirigente, relató que su acercamiento a la obra de Gómez Hurtado le permitió entender a un pensador moderno, adelantado a su tiempo, y a la vez un romántico que soñaba con una Colombia más justa. En 2019, con motivo del centenario de su nacimiento, Constaín escribió el prólogo de una colección de sus obras completas publicada por Villegas Editores. El texto creció hasta convertirse en un libro de 460 páginas que reconstruye no solo la vida del político, sino también la historia política del país durante el siglo XX.

“Álvaro Gómez fue un testigo y protagonista privilegiado de su tiempo. Era un intérprete excepcional de las ideas de su padre, Laureano Gómez, y vivió de primera mano el periodo de violencia que enfrentó a liberales y conservadores”, afirmó Constaín.

Desde joven, Gómez Hurtado se vinculó al periodismo. A los 16 años comenzó su carrera en El Siglo, diario fundado por su padre en 1936, desde donde asumió una postura crítica y combativa frente al gobierno liberal. A lo largo de su vida, el periódico se transformó junto con él: de tribuna partidista pasó a ser un espacio para el análisis político, y más tarde, ya como El Nuevo Siglo, mantuvo su sello intelectual.

Además del periodismo, Gómez incursionó en la televisión con el noticiero 24 Horas, desde donde continuó su defensa de los valores democráticos. En la década de los 90, consolidó su papel como una voz influyente y crítica, abogando por la “Gran Conversación Nacional” como vía para reconstruir la legitimidad del Estado.

Para Constaín, Gómez Hurtado fue un pensador comprometido con el progreso del país, un hombre que, pese a representar el conservatismo, se rebeló contra el atraso y la desigualdad. “Era un rebelde con causa. Su obsesión era el desarrollo y la justicia. Fue la encarnación del verdadero estadista: aquel que no busca el poder por sí mismo, sino para transformar su nación”, concluyó el escritor.

A 30 años de su muerte, Álvaro Gómez Hurtado sigue siendo recordado no solo por el trágico final que lo convirtió en símbolo de la violencia política, sino también por su legado como intelectual, periodista y reformador que soñó con una Colombia moderna, educada y reconciliada.