La cifra de fallecidos por el accidente de un autobús en el oeste de Afganistán ascendió a 79, luego de que dos sobrevivientes murieran en las últimas horas debido a la gravedad de sus heridas. El siniestro se produjo la noche del martes en el distrito de Guzara, provincia de Herat, cuando un autobús que transportaba afganos que regresaban de Irán chocó contra una motocicleta y posteriormente contra un camión cisterna cargado de combustible, lo que desencadenó una fuerte explosión e incendio.

El portavoz del Ministerio del Interior interino, Abdul Mateen Qani, confirmó que entre las víctimas se encuentran al menos 19 niños. Mohammad Janan Moqadas, jefe del hospital militar, señaló que muchos cuerpos quedaron irreconocibles por la magnitud de las quemaduras, lo que ha dificultado la identificación de los fallecidos.

Un periodista de la agencia AFP que visitó la zona describió escenas de devastación, con los restos calcinados del autobús y los vehículos involucrados siendo retirados por los equipos de emergencia. Testigos presenciales relataron momentos de desesperación. “Había mucho fuego y gritos, pero era imposible acercarse a menos de 50 metros para ayudar”, contó Akbar Tawakoli, de 34 años. Otro sobreviviente, Abdullah, de 25 años, manifestó con tristeza que la mayoría de los pasajeros eran mujeres y niños.

De acuerdo con el portavoz provincial Mohammad Yousuf Saeedi, los ocupantes del bus eran ciudadanos afganos recientemente deportados de Irán, quienes se dirigían hacia Kabul. El gobierno central talibán anunció la apertura de una investigación para determinar las causas exactas de la tragedia y expresó su pesar mediante un comunicado oficial: “Lamentamos profundamente la pérdida de tantas vidas afganas en este trágico accidente en Herat”.

Este hecho pone de relieve la crítica situación que enfrentan miles de migrantes afganos. Según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 1,5 millones de afganos han regresado de Irán y Pakistán en lo que va de 2025, muchos de ellos en condiciones de vulnerabilidad extrema debido a las deportaciones masivas.

La agencia estatal Bakhtar calificó el siniestro como uno de los más mortales de los últimos años en Afganistán, un país donde la precariedad de las carreteras y la falta de controles de seguridad vial han ocasionado tragedias recurrentes. En diciembre de 2023 murieron 52 personas en dos choques de autobuses con camiones cisterna; en marzo de 2024, otras 20 fallecieron en un accidente en Helmand; y a finales de 2022 un camión cisterna volcó en el paso de Salang, generando un incendio que dejó 31 víctimas fatales.

La magnitud de este nuevo accidente refleja las duras condiciones de movilidad en Afganistán y la vulnerabilidad de miles de familias que regresan forzadamente desde países vecinos.