No es extraño que un jugador o equipo rinda más de lo esperado. Es algo que sucede constantemente en el deporte y suele traer muchas emociones a los torneos en donde ocurre. Un caso muy famoso es el del Leicester City: un club que se proclamó campeón de la temporada 2015/16 con una de las plantillas más humildes de la Premier League. O un ejemplo más reciente: el PSG, que, tras años de intentos, finalmente ganó su primera Champions League en 2025.
Sin embargo, un sobrerendimiento extendido como este no es común. Para las personas que quieren apostar en eventos donde hay un notable sobrerendimiento surge una gran incógnita: ¿valdrá la pena apostar? Si apuestas en la casa de apuestas con mejores cuotas, seguro encontrarás opciones atractivas para equipos o jugadores que, de repente, están rindiendo mucho mejor. Pero esa racha suele ser inesperada. Las estadísticas previas ni el rendimiento esperado respaldan los resultados, pero los números están ahí. ¿Seguirá así?
¿Qué significa “sobrerendimiento” en el contexto deportivo?
En su forma más simple, quiere decir que un equipo o jugador está rindiendo por encima de lo esperado. No hace falta ser demasiado experto para darse cuenta de que alguien está teniendo una racha positiva inesperada. No porque sea malo o bueno, sino porque su rendimiento previo ha marcado un patrón.
De un modo más técnico, métricas avanzadas como xG (goles esperados), xA (asistencias esperadas) o PER (Índice de Eficiencia del Jugador) permiten notar esto rápidamente al compararlas con los datos reales. Así, los expertos pueden notar si hay un sobrerendimiento o infrarendimiento con facilidad.
Por ejemplo, si un delantero que normalmente anota un gol cada tres partidos lleva ya tres tantos en dos jornadas, está en un claro sobrerendimiento: está marcando más de lo que todos esperaban.
Sobrerendimiento en jugadores
En deportes, los picos extremos suelen corregirse. Es decir, si un delantero marca 4 goles en 3 jornadas, pero se esperaba que solo marcara uno, la tendencia es que sus números vuelvan a acercarse al comportamiento anterior en el medio plazo.
Además, esto desencadena muchas otras situaciones propias del deporte. El rival empieza a marcarlo con más intensidad, la carga física aumenta, entre otras cosas.
Y, más importante aún, las casas de apuestas reaccionan rápido. Si hay una buena racha, las cuotas se ajustan para los próximos partidos. Mientras más se extienda el rendimiento, más bajas serán, por lo que el valor de apostar a ese mercado desaparece.
Un buen ejemplo de 2025 fue el caso de Ousmane Dembélé con el PSG. Pasó de marcar solo 6 goles en toda la temporada anterior a terminar la 2024/25 con 37 goles y 15 asistencias en todas las competiciones. Fue una explosión inesperada que se mantuvo casi todo el año, ayudando al club a conquistar la Champions League, la Ligue 1, la Copa de Francia y el Trophée des Champions.
Por ejemplo, en la Ligue 1 promedió 1,09 goles cada 90 minutos, así que cualquiera pensaría que apostar a que marcaba era casi garantía. Pero en la final del Mundial de Clubes 2025, justo cuando muchos esperaban que apareciera, el PSG cayó 0‑3 ante el Chelsea y Dembélé no logró anotar. Es un buen recordatorio de que, aunque un jugador esté en su mejor temporada, no se puede asumir que rendirá al mismo nivel en cada partido. Apostar como si fuera una constante es un error común.
Sobrerendimiento en equipos
La situación no es muy distinta a la anterior. Cuando un equipo empieza a ganar de forma consecutiva, pero realmente no ha mejorado, las personas se emocionan y se tiende a sobrevalorar el momento. Las cuotas al ganador dejan de ser tan positivas y los operadores empiezan a pagar menos por las victorias, a pesar de no haber una modificación real en la calidad del equipo.
La expectativa es que la racha caiga en cualquier momento. Un buen ejemplo es el Girona. Este club, históricamente de mitad de tabla, brilló con fuerza en LaLiga 2023/24, llegando incluso a liderar la clasificación por un momento. Pero había que ver las cosas con realismo: competir con Barça y Real Madrid no es fácil, y al final acabaron en un meritorio tercer lugar. Sin embargo, tras la salida de varios jugadores clave, en la temporada 2024/25 el equipo pasó a luchar simplemente por no descender.
¿Vale la pena apostar cuando hay sobrerendimiento?
Todo lo explicado anteriormente son las tendencias: así se comportan los deportes y los mercados. Por lo general, no vale la pena apostar en estos jugadores o equipos con un notable sobrerendimiento. En pocas palabras, perderá dinero y las ganancias serán cada vez menos atractivas.
Sin embargo, esto no siempre es así. Hay casos de éxito, como el del Leicester City, que dejan abierta la posibilidad de que la racha se mantenga a lo largo del torneo. Pero esto no es suerte, ni una coincidencia. A veces, el sobrerendimiento viene acompañado de una mejora real. No es casualidad que un equipo mejore drásticamente al cambiar de entrenador o que un delantero alcance su mejor forma (física y emocionalmente) y logre jugar a un alto nivel por un largo tiempo.
En esos casos, y cuando las cuotas aún no se han ajustado del todo (y siguen siendo muy positivas), sí vale la pena apostar a un jugador o equipo con un rendimiento superior al esperado. Tendrá que prestar atención para tomar la decisión correcta.