Las enfermedades del corazón ya no son un tema exclusivo de adultos mayores. En Colombia, cada vez más jóvenes entre los 20 y los 30 años están llegando a urgencias por infartos y otros eventos cardiovasculares graves, una situación que preocupa a médicos y expertos del sector salud.
El cirujano cardiovascular Erick Castro, director del Centro Cardiovascular Medihelp, advirtió que hasta un 15 % de los infartos agudos atendidos en unidades especializadas afectan a adultos jóvenes, muchos de ellos sin antecedentes médicos previos. Esta tendencia, según el especialista, se relaciona con factores como la mala alimentación, el estrés crónico, el sedentarismo, el consumo de sustancias psicoactivas y la falta de chequeos médicos preventivos.
“El mayor error que podemos cometer como sociedad es creer que la juventud es garantía de salud cardiovascular”, expresó Castro, al alertar sobre una realidad cada vez más frecuente: los jóvenes también están muriendo por enfermedades cardíacas.
Según cifras del DANE, entre 2021 y 2022 fallecieron 835 personas entre los 30 y 39 años por causas isquémicas del corazón, y 331 entre los 20 y 29. Además, se evidenció un alarmante incremento de muertes por estas causas entre adolescentes: un 73,7 % más en el grupo de 15 a 19 años, y un 41,1 % más entre los 25 y 29.
Castro identificó tres factores dominantes: la obesidad, el sedentarismo y la mala alimentación. Según la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional, el 25 % de los niños en Colombia presenta exceso de peso y el 17,7 % de los adolescentes está en riesgo de obesidad. Este deterioro temprano, explicó, impacta directamente en la salud cardiovascular en la adultez joven.
Otro aspecto preocupante es el aumento del tabaquismo y el uso de vapeadores en adolescentes. “Fumar y vapear causan inflamación vascular y daño endotelial, lo que incrementa el riesgo de infartos y arritmias incluso en personas aparentemente sanas”, aseguró el especialista.
Además, el cirujano llamó la atención sobre el efecto del estrés constante, los trastornos del sueño, y el uso de sustancias como cocaína, cannabis y anfetaminas, que pueden elevar súbitamente la presión arterial y provocar alteraciones cardíacas severas.
Para abordar esta crisis silenciosa, el médico propone un enfoque integral que incluya campañas educativas en universidades y empresas, jornadas de tamizaje cardiovascular, y programas enfocados en prevención del vapeo y hábitos saludables.
“Hay mutaciones genéticas como la hipercolesterolemia familiar que pueden pasar desapercibidas y causar eventos súbitos en jóvenes. Por eso, es urgente actuar desde ya para proteger a las nuevas generaciones”, concluyó el doctor Castro.