La isla de Creta, en Grecia, vive momentos de tensión por un voraz incendio forestal que ya obligó a evacuar a más de 5.000 personas, en su mayoría turistas que disfrutaban de la temporada alta en zonas costeras. Aunque las autoridades reportaron una leve mejoría en las condiciones, los vientos intensos han reavivado las llamas, extendiendo el fuego por nuevas zonas y obligando a evacuar otras cuatro localidades.

El incendio, que comenzó el miércoles en el este de la isla, se propagó rápidamente hacia el oeste, alcanzando distintas localidades del sur de Creta. Durante la madrugada, cinco poblaciones ya habían sido evacuadas y la situación continúa siendo crítica.

Hasta el momento, más de 230 bomberos, con apoyo de 46 vehículos, 13 brigadas a pie, 10 helicópteros cisterna, maquinaria pesada y decenas de voluntarios, trabajan intensamente para contener el fuego y crear cortafuegos. El gobierno local de Creta también colabora con camiones cisterna para reforzar las labores.

“Varias viviendas y negocios han sufrido daños considerables o han sido completamente consumidos por las llamas. Hay una gran destrucción del entorno natural”, declaró Yorgos Tzarakis, presidente de la Asociación de Hoteleros de Ierapetra y el Sudeste de Creta.

Cuatro personas han sido hospitalizadas con complicaciones respiratorias, y en algunos casos se requirió la intervención de los servicios de emergencia para rescatar a ciudadanos atrapados en sus viviendas. En Ayía Fotiá, por ejemplo, dos personas fueron rescatadas en una playa por una embarcación privada apoyada por la Guardia Costera.

El origen del fuego se localizó cerca de la localidad costera de Ajliá, pero los fuertes vientos del norte han impulsado su rápida expansión. La vegetación seca, tras una ola de calor reciente, ha servido como combustible perfecto para la propagación del incendio.

Las autoridades han advertido que los vientos seguirán soplando con fuerza al menos hasta el viernes, por lo que los esfuerzos para controlar las llamas continuarán intensificándose. Grecia enfrenta actualmente múltiples focos de incendio a lo largo del país, en una temporada que cada año se ve más amenazada por las condiciones extremas del clima.