El Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma del Caribe (SintraUAC) expresó públicamente su preocupación frente a una posible iniciativa de la rectoría para convertir esta reconocida institución de educación superior en una universidad pública. Según advirtió Nataly Álvarez, presidenta del sindicato, ya se estaría desarrollando un estudio de factibilidad para evaluar la viabilidad de este cambio.
“Conocemos su intención de convertir la Universidad Autónoma del Caribe en una universidad pública. Esta pretensión, lejos de generarnos esperanza, aumenta nuestra incertidumbre y preocupación, pues sabemos que, al pasar al régimen del sector público, no se garantiza el mismo contrato a término indefinido ni los derechos convencionales que hoy poseemos”, manifestó Álvarez, asegurando que este paso podría implicar una transformación profunda en las condiciones laborales.
Desde SintraUAC, se ha elevado una alerta temprana para advertir sobre los riesgos de esta conversión, señalando que, al integrarse al régimen público, la universidad podría perder importantes beneficios laborales, así como enfrentar cambios en su estructura operativa y académica que impactarían a estudiantes, docentes y trabajadores administrativos.
Modelo mixto, una posible alternativa
Como salida al panorama planteado, el sindicato propuso un modelo mixto, en el que convivan elementos del sector público y privado, permitiendo así acceder a recursos del Estado sin renunciar a la estabilidad contractual y a los derechos ya adquiridos por los trabajadores.
“Queremos una solución real, viable y justa para todos. Una universidad mixta podría ser la respuesta, ya que permitiría el ingreso de recursos estatales, sin desproteger la planta laboral actual”, explicó la presidenta de SintraUAC.
Hasta el momento, la rectoría de la Universidad Autónoma del Caribe no se ha pronunciado oficialmente sobre la realización del estudio de factibilidad ni sobre los planes a futuro respecto a su naturaleza jurídica. Mientras tanto, el sindicato reiteró su intención de mantener el diálogo abierto, pero dejó claro que no aceptará decisiones unilaterales que comprometan los derechos adquiridos de sus afiliados.
La comunidad académica permanece atenta al desarrollo de esta situación, que podría marcar un punto de inflexión en la historia institucional de una de las universidades más emblemáticas de la región Caribe.