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Mi Techo Propio cumple un año transformando sueños en hogares para miles de barranquillero

Hace exactamente un año, el programa distrital de vivienda Mi Techo Propio, impulsado por el alcalde Alejandro Char, cambió la vida de Eimys Isabel Barroso Sotomayor, quien se convirtió en la primera beneficiaria de esta iniciativa que hoy celebra 1.531 subsidios asignados y más de 3.500 postulaciones.

Lo que comenzó como una solución para que las familias barranquilleras dejaran de pagar arriendo y empezaran a construir patrimonio propio, hoy se consolida como un referente nacional por su enfoque sostenible, justo e incluyente. Eimys, como muchos otros, ahora vive en un hogar propio, sin el peso del arriendo y con la tranquilidad de estar invirtiendo en su futuro. “Mi vida cambió completamente. El subsidio cubrió el incremento del IPC y me permitió adquirir mi casa sin endeudarme más allá de mis posibilidades”, afirmó.

A diferencia de otros programas de vivienda, Mi Techo Propio elevó el valor del subsidio este año como respuesta a las condiciones del mercado inmobiliario y la falta de acceso a subsidios nacionales, logrando que más familias cumplieran el sueño de tener una vivienda digna sin depender exclusivamente del gobierno central.

Este programa también ha sido pionero en exigir criterios de sostenibilidad en los proyectos registrados. Hasta la fecha, 35 desarrollos habitacionales han sido avalados bajo parámetros como eficiencia energética, confort climático y diseño urbano responsable, haciendo de Barranquilla una ciudad modelo en urbanismo consciente.

Además, se implementó el componente de alivio a la cuota, un apoyo financiero que reduce las mensualidades de los créditos hipotecarios o leasing habitacional durante 24 meses, con giros directos a entidades como Davivienda, BBVA, Banco Agrario, AV Villas, Bancolombia y el Fondo Nacional del Ahorro. Esta herramienta ha sido vital para garantizar la permanencia de las familias en sus nuevos hogares.

En cuanto al impacto social, Mi Techo Propio ha llegado a todos los rincones de la ciudad con 112 jornadas de socialización que incluyen un enfoque diferencial para poblaciones como personas con discapacidad, madres cabeza de hogar, comunidades afrodescendientes, migrantes, jóvenes y adultos mayores.

Con una visión clara de justicia social y desarrollo sostenible, el programa continúa consolidando a Barranquilla como una ciudad de oportunidades donde la vivienda propia no es un privilegio, sino un derecho alcanzable. Mi Techo Propio demuestra que cuando hay voluntad política, compromiso social y una buena estrategia, sí se puede transformar realidades.