Con una multitud de fieles congregados en la Plaza de San Pedro y ante más de 150 delegaciones internacionales, el papa León XIV celebró este domingo la misa de inicio de su pontificado, donde recibió oficialmente el palio y el Anillo del Pescador, símbolos tradicionales del poder pontificio.
Durante su homilía, el nuevo pontífice envió un poderoso mensaje de unidad, reconciliación y justicia social al mundo. Haciendo énfasis en los desafíos actuales, León XIV pidió a la Iglesia católica convertirse en un fermento de paz, comunión y fraternidad frente a los conflictos, la violencia y la exclusión provocados por un modelo económico que, según expresó, “margina a los pobres y explota la Tierra”.
“Hermanos y hermanas, quisiera que este fuera nuestro primer gran deseo: una Iglesia unida, signo de unidad y comunión, que se convierta en fermento para un mundo reconciliado”, expresó desde el altar mayor, generando un emotivo aplauso entre los asistentes.
En su mensaje, el papa fue enfático al referirse al rol de la Iglesia en un mundo marcado por la discordia, el miedo a lo diferente y las profundas desigualdades. “Nosotros queremos ser, dentro de esta masa, una pequeña levadura de unidad, de comunión y de fraternidad. Queremos decirle al mundo: ¡miren a Cristo! ¡Acérquense a Él! ¡Acojan su Palabra que ilumina y consuela!”, afirmó.
León XIV también hizo un llamado directo a superar las divisiones internas y externas del cristianismo, e invitó a construir puentes con otras religiones, así como con aquellos que, desde otras creencias o la búsqueda espiritual, anhelan un mundo más justo.
“En el único Cristo somos uno. Y esta es la vía que hemos de recorrer juntos, unidos entre nosotros, pero también con las Iglesias cristianas hermanas, con quienes transitan otros caminos religiosos, con aquellos que cultivan la inquietud de la búsqueda de Dios, con todas las mujeres y los hombres de buena voluntad”, agregó.
El acto, profundamente simbólico, marca el inicio formal del ministerio petrino del primer pontífice estadounidense, el cardenal Robert Francis Prevost, ahora León XIV, elegido el pasado 8 de mayo por el Colegio Cardenalicio.
La ceremonia fue transmitida a nivel mundial y reflejó el espíritu ecuménico y humanista que el nuevo papa ha querido imprimir desde su llegada al Vaticano. Con palabras cargadas de humildad y esperanza, León XIV dejó claro que su pontificado buscará tender puentes entre pueblos, sanar heridas sociales y promover el mensaje transformador del Evangelio en todos los rincones del mundo.