El Atlántico vivió una de sus mejores temporadas turísticas en años durante la reciente Semana Santa, alcanzando cifras récord de visitantes y consolidando su imagen como uno de los destinos más atractivos del Caribe colombiano. Más de 49.000 personas disfrutaron de las playas, espacios culturales y actividades recreativas entre el 13 y el 20 de abril, dejando un impacto económico superior a los $1.600 millones.
Este auge turístico es fruto de una apuesta sostenida por transformar la infraestructura, recuperar espacios públicos y crear experiencias que integran historia, tradición y modernidad. La estrategia, impulsada desde la administración departamental, ha priorizado la inversión en escenarios emblemáticos que hoy son orgullo de la región.
Uno de ellos es el Muelle 1888 en Puerto Colombia, que recibió más de 31.000 visitantes durante la Semana Mayor. Este espacio ha renacido como un punto de encuentro gastronómico, cultural y turístico, evocando la herencia migratoria del Caribe. Su arquitectura con toques antillanos y su vista privilegiada al mar lo han convertido en uno de los principales atractivos del departamento. Solo en esta temporada, generó ventas por más de $1.200 millones de pesos, dinamizando la economía local.
Por su parte, las playas de Sabanilla, también en Puerto Colombia, recibieron a 14.740 turistas, lo que representa un crecimiento del 48,9 % frente al mismo periodo del año anterior. La transformación del sector Country, con nuevas zonas deportivas, servicios públicos, casetas y áreas de descanso, ha sido clave para mejorar la experiencia de los visitantes. Esta playa registró ingresos por más de $406 millones, impulsados por su nueva infraestructura y oferta variada.
La visión del departamento contempla además la especialización de cada playa, adaptando sus servicios al perfil del turista. Punta Astilleros se proyecta como un espacio de contemplación y naturaleza, mientras que Salgar se perfila como el punto juvenil por excelencia, con música, deportes y actividades al aire libre.
En el municipio de Juan de Acosta, el destino estrella fue Salinas del Rey, reconocido a nivel internacional por la práctica de kitesurf. Este lugar recibió a 3.280 personas que disfrutaron de competencias deportivas, sesiones de yoga, rumbaterapia y conciertos al atardecer, en un ambiente de bienestar y conexión con el entorno.
El éxito de esta temporada no solo se mide en cifras, sino en la consolidación de un modelo de turismo sostenible, planificado y culturalmente enriquecido. Con inversiones inteligentes y el compromiso de las comunidades locales, el Atlántico demuestra que es mucho más que sol y playa: es una experiencia viva, diversa y disponible los 365 días del año.