El panorama político en Venezuela se encuentra al rojo vivo mientras el país se prepara para lo que debería ser la posesión del próximo presidente este 10 de enero de 2025. Sin embargo, la disputa por los resultados de las elecciones del 28 de julio mantiene al país y a la región en vilo, con dos figuras en el centro de la controversia: Nicolás Maduro y Edmundo González.
Elecciones cuestionadas y crisis de legitimidad
La oposición venezolana, liderada por González, asegura que el Consejo Nacional Electoral (CNE) manipuló los resultados que dieron la victoria a Maduro. Según cifras de la oposición, respaldadas por actas y papeletas publicadas, González habría obtenido la mayoría de los votos. Sin embargo, el CNE, que tardó tres días en anunciar el resultado, no ha entregado las actas oficiales que podrían confirmar quién ganó realmente las elecciones.
A raíz de esta situación, varios países de la región han desconocido la supuesta victoria de Maduro, mientras que González, enfrentando una orden de captura, se vio obligado a salir de Venezuela. Desde Argentina, el líder opositor ha reiterado su intención de regresar al país y asumir el poder, lo que ha sido recibido con esperanza por sectores que desean un cambio en el gobierno.
“Maduro sabe que debe entregar el poder”
En entrevista con medios internacionales, Richard Blanco, consejero de Edmundo González y exdiputado venezolano, afirmó que Nicolás Maduro es consciente de que su tiempo en el poder ha llegado a su fin. Blanco destacó que Venezuela lleva más de 26 años bajo un gobierno de izquierda y que la población está decidida a asumir un nuevo rumbo.
“El país se cansó. Ahora son ellos quienes nos temen porque estamos decididos a asumir la responsabilidad del gobierno. Edmundo se ha reunido con líderes internacionales como Biden y el equipo de Trump, y regresará a Venezuela para cumplir con el mandato constitucional”, señaló Blanco.
Plan de acción de González
Según informó Blanco, González llegará este 7 de enero a Panamá, luego hará escala en República Dominicana antes de dirigirse a Venezuela para asumir la presidencia. El equipo del líder opositor insiste en que su regreso está amparado por la Constitución venezolana, que establece que el presidente es quien obtenga la mayoría de votos.
“El pueblo decidió. Más de 7 millones de votos respaldan a González, quien ha mostrado las actas en todo el mundo, mientras que Maduro no ha podido hacerlo”, afirmó Blanco.
Un ambiente de tensión y militarización
Blanco también advirtió sobre la posibilidad de que el país esté militarizado el día de la toma de posesión. Según denuncias, el régimen de Maduro ha intensificado las medidas de control, incluyendo la revisión de celulares y detenciones arbitrarias de quienes critican al gobierno.
“Le hemos propuesto a Maduro una transición pacífica. A él le conviene aceptar, porque el pueblo está decidido a salir a las calles y defender sus derechos hasta el final”, añadió el consejero.
Un gobierno en crisis interna
Finalmente, Blanco aseguró que Maduro está atravesando una crisis personal y política. Según fuentes cercanas al régimen, el líder venezolano se encuentra paranoico y desconfiado, incluso de su círculo cercano, en medio de crecientes tensiones internas. “Maduro no duerme, está nervioso y sabe que debe entregar el poder. El país necesita avanzar, y estamos preparados para liderar este cambio”, concluyó Blanco.
La mirada internacional
El desenlace de este conflicto será crucial no solo para Venezuela, sino también para la región. Con expresidentes y líderes internacionales comprometidos a acompañar la posible toma de posesión de González, el 10 de enero podría marcar un antes y un después en la historia del país. La comunidad internacional observa con atención y cautela, mientras el pueblo venezolano espera el desenlace de este capítulo de su historia.