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Militares confiesan participación en falsos positivos

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Me convertí en asesino”, “eran ríos de sangre a como diera lugar”, “pido perdón, fueron crímenes de lesa humanidad”, “asesiné cobardemente”. Estas crudas frases forman parte de los desgarradores testimonios que diez militares entregaron ante la JEP en Norte de Santander.

Las confesiones del general en retiro Paulino Coronado, el cabo Néstor Gutiérrez, entre otros, y el reclamo sentido de muchas madres, convirtieron la jornada en un hito en la historia del conflicto armado en Colombia. Pero estas no serán las únicas confesiones. En los próximos días, otro grupo de 12 militares, entre coroneles y otros mandos, también comparecerán ante la JEP para aceptar su responsabilidad en los llamados falsos positivos. 

“Yo lo único que pido es que los responsables de la muerte de mi hijo, Julián Oviedo, respondan. Hay cuatro cabezas: Álvaro Uribe, como presidente de la época; Juan Manuel Santos, porque era el ministro de Defensa; el general Mario Montoya y el general Freddy Padilla, que yo no entiendo cómo es que todavía no aparece ese señor. ¿Por qué Padilla no ha sido llamado a la JEP? No entiendo”, declaro Blanca Nubia, en medio de su dolor.

Mientras el país iba conociendo los atroces hechos de los falsos positivos en el Catatumbo, otro grupo de magistrados de la JEP, abogados y los propios militares en retiro han tenido encuentros de la misma manera durante meses. La razón: responder por asesinatos y desapariciones forzadas presentadas como bajas en combate por agentes del Estado en la costa caribe.

Se trata de uno de los expedientes más voluminosos y escalofriantes por los falsos positivos recopilados durante meses de investigación por la Unidad de Investigación de la JEP. Uno de los principales investigados es el coronel Publio Hernán Mejía, excomandante del Batallón La Popa, imputado por la JEP por crímenes de guerra y de lesa humanidad “por el asesinato de 75 personas que luego fueron presentadas como bajas en combate en el norte del Cesar y sur de La Guajira”.

Se espera que con los excomandantes de las Farc se haga exactamente lo mismo por parte de la JEP. Ellos cometieron toda clase de delitos de lesa humanidad y tienen mucho que contarles a las víctimas y a los colombianos. El proceso de paz con las Farc culminó en 2016; han pasado seis años y el país espera verdad, justicia y reparación, como se pactó en La Habana. Hoy todos gozan de libertad y están haciendo política. En torno a los falsos positivos, a más de uno le generó suspicacia que la aterradora audiencia se desarrollara a tan solo un mes de las elecciones presidenciales. Sea como sea, todos los criminales deben pagar por lo que hicieron.