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¡La Villa, una experiencia inigualable!

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Hace tres días terminaron los XXIII Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018, pero solo hasta este domingo 5 de agosto, el que fue el hogar de más de cinco mil atletas quedó completamente vacío. Los últimos huéspedes de la Villa Centroamericana partieron en la mañana de hoy, con sentimientos encontrados.

Durante 23 días, iniciando el 14 de julio, la Villa se llenó de color, música y alegría. Quienes tuvieron la oportunidad de si quiera haber ingresado una vez, saben de qué se trata. La ciudad vivió unos juegos, pero en la Villa se vivieron otros, los de la hermandad.

Por tal razón, destacamos los aspectos más relevantes de las vivencias que ahí se dieron.

Demarcación del territorio

villa-experiencia-inigualable-lvLas banderas en sus diferentes tamaños, banderines, pasacalles, entre otros, ubicados en las ventanas, paredes, piso, o donde se pudiera, fue la primera muestra de presencia de cada país.

Al entrar a la Villa lo primero que se veía eran las banderas de República Dominicana. Al caminar un poco resaltaban Costa Rica, Barbados y Trinidad y Tobago. Pero la más impactante era la de Cuba, que ocupaba, de arriba hasta abajo, todo el edificio, sumando más banderas del mismo país en las otras torres.

Integración de países

villa-inigualable-experiencia-lvLa geografía perdió total sentido, uniendo a los representantes de cada país en una sola nación. Nunca Venezuela había estado tan cerca de Honduras, Nicaragua y Guatemala; Costa Rica de República Dominicana y Trinidad y Tobago; y Colombia de Cuba y Puerto Rico.

Con tan solo cruzar la calle se podía pasar de Barbados a Jamaica, Santa Lucía o Bahamas.

Era cuestión de subir o bajar escaleras para llegar a San Martin, Islas Caimán, Guyana o San Cristóbal y Nieves.

México, Panamá y El Salvador, terminaron siendo los países más lejanos, al punto de tener que tomar motocarro para llegar a ellos.

La torre de Babel
Así como en la Biblia, en la Villa confluyeron múltiples lenguas que, a diferencia de la historia de La torre de Babel, construyeron lazos de amistad y reforzaron el principio de compañerismo y el valor del respeto por las diferencias que comprenden a todos los caribeños.

Español, inglés, francés, creole, se volvieron tan comunes, que hasta los lugareños aprendieron a afinar sus oídos para entender a su interlocutor, dejando claro que las barreras no existen cuando hay disposición.

La combinación perfecta

villa-centroamericana-lvComida, música y baile se convirtió en la combinación perfecta para el encuentro cultural más importante de Barranquilla, por esos días.

El comedor, la plaza de banderas y la plazoleta comercial, fueron las pistas de baile que los atletas necesitaban para integrarse y demostrar el sabor que cada país tiene.

Moda
Barranquilla se llenó de países, culturas y moda, pero la Villa Centroamericana fue el epicentro de la explosión de colores y tendencias de las distintas delegaciones que participaron en las justas.

Vestuario, zapatos, accesorios, peinados y hasta el color de las uñas, hizo parte de la gran variedad, ratificando que la moda no incomoda.

Baqui, el regalo prometido

villa-experiencia-lvComo en la tradicional película que presentan en Navidad, ‘El Regalo Prometido’, protagonizada por Arnold Schwarzenegger, en toda una odisea se convirtió conseguir un Baqui, el anfitrión de la vigésima tercera edición de las Justas.

La tienda de souvenirs vivía con la mercancía agotada. Desde las 7:30 de la mañana, se observaba una larga fila de personas a la espera de la apertura para tratar de conseguir, al menos, un Baqui.

El mono tití cabeciblanco se llevó todos los aplausos y el cariño de los países de Centroamérica y el Caribe.

Exaltaciones
Las condecoraciones no se hicieron esperar. Nicaragua y Venezuela exaltaron la atención 24/7 del policlínico de la Villa Centroamericana de Barranquilla 2018.

Además, el reconocimiento de diferentes miembros de todas las delegaciones, agradecidos por la hospitalidad y el calor humano de los barranquilleros.

FOTOGRAFIA: Milagros Ortíz Puerta