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Se acabó la espera, ecoparque ciénaga de Mallorquín abre sus puertas al público

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El tan esperado proyecto ecoparque de la ciénaga de Mallorquín, luego de una larga campaña de expectativa, abrió sus puertas al público, y con esto Barranquilla logra consolidarse como una Biodiverciudad, debido a que la recuperación del ecosistema ha sido un todo un reto en materia ambiental donde el saneamiento del cuerpo de agua, la conservación y la protección de las especies de fauna y flora han sido puntos claves presentes durante todo el desarrollo del proyecto.

La capital del departamento del Atlántico se apunta como un referente internacional en dar soluciones a sus problemáticas basadas en la naturaleza. Por eso, el Instituto de Recursos Mundiales (WRI por sus siglas en inglés), junto a UrbanShift y Cities4Forests, la eligieron como caso de estudio para compartir sus experiencias y lecciones aprendidas con otras ciudades de América Latina y el Caribe.

Ecoparque ciénaga de Mallorquín sin duda alguna se ha vuelto una referencia en materia medio ambiental; los visitantes locales, nacionales e internacionales, encontrarán zonas de circulación inmersa entre los mangles y el humedal, con el objetivo de crear conciencia y responsabilidad a las personas que interactúan con el ecoparque, al tratarse de una experiencia y una actividad nueva para Barranquilla y sus visitantes.

Es importante tener en cuenta que antes de iniciar el recorrido se debe aprender sobre la importancia del humedal y sus más de 144 especies de aves, 36 especies de peces, mamíferos, reptiles y crustaceos, así como la flora conformada por mangle rojo (Rhizophora mangle), amarillo (Laguncularia racemosa), salado (Avicennia germinans) y Zaragoza o gris (Conocarpus erectus), cuatro de los cinco tipos de mangle presentes en todo el país.

Los senderos por este refugio ambiental son un viaje de descubrimiento lleno de tranquilidad y aire fresco, por lo que es una zona donde el deber ser es contribuir para que se mantenga libre de tabaco, plástico, material impreso, servilletas y cualquier residuo que pueda contaminar, por eso la invitación es a usar la creatividad y a pensar en otras alternativas; también se debe tener en cuenta que está prohibido el ingreso de alimentos y que se debe llevar la hidratación desde casa en termos reutilizables para evitar generar basuras.

Todos estos componentes que le dan vida al ecoparque permiten que el proyecto hoy cuente con concepto favorable del Gobierno nacional que ratifica la viabilidad de la declaratoria de la ciénaga de Mallorquín como sitio natural de gran importancia e interés estratégico para el turismo.

El reconocimiento, otorgado por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, se debe también a otras apuestas del Distrito como la playa de Puerto Mocho, el tren turístico del tajamar occidental, el saneamiento del recurso hídrico de la ciénaga de Mallorquín y del ecosistema natural, el desvío y tratamiento de las aguas negras, entre otras acciones.

La construcción del Ecoparque hace parte de los seis componentes de recuperación del proyecto dotado de senderos en palafito, un tipo de construcción sobre el agua, que busca generar experiencias de conexión con el cuerpo de agua y su ecosistema manglar a modo de educación y conciencia ambiental.