Con la generación millennial y centennial entrando a la fuerza laboral, compañías de todo el mundo se preguntan cúal es la mejor manera de que estos talentos, nacidos en la era digital, decidan quedarse y contribuir al desarrollo de una cultura empresarial productiva y con propósito. La respuesta tiene dos palabras: ‘Salario integral’.

El concepto se refiere a todos esas formas en las que una empresa u organización puede incentivar a sus trabajadores más allá de una remuneración salarial. Muchas de ellas, se enfocan en promover el bienestar general del ambiente de trabajo mientras que otras buscan darle mayor autonomía de su carrera a cada persona.

La idea consiste en convertir los espacios laborales en lugares donde las personas sueñen trabajar. Aunque este tipo de estrategias para incentivar la felicidad son cada vez es más frecuentes en las empresas, no es un tema nuevo. Según Valentina Marín, coach de Felicidad de Areandina —la única institución de educación que hace parte de las 20 mejores empresas para trabajar según Great Place to Work® 2019—, estos cambios vienen sucediendo desde hace unos quince años y poco a poco las empresas se han ido implementando una serie de beneficios de acuerdo con las necesidades de los nuevos empleados.

Flexibilidad de horarios

La productividad no es igual al tiempo de horas que un trabajador se deba sentar en su escritorio. Pocas horas bien invertidas pueden ser suficientes para cumplir con las tareas del día. Aún así, es frecuente ver que el tiempo en el trabajo no es bien utilizado porque el trabajador no se concentra, pues suele tener preocupaciones extralaborales. Las personas tienen asuntos que atender y que se pueden convertir en dolores de cabeza en un horario laboral rígido que no permite sacar un par de horas para solucionarlos. La capacidad de autogestionar el tiempo es muy apetecida por cualquier tipo de trabajador y debería ser promovida.

Trabajo remoto

Además de tener flexibilidad de tiempo, la flexibilidad de elegir el lugar en el que van a trabajar es otro gran incentivo. No es de extrañar que sea una tendencia global que siguen miles de compañías. Una encuesta que el Global Web Index hizo a 17,000 profesionales de varios países señala que el 63% de los trabajadores en oficinas tienen la posibilidad de trabajar a distancia y este número asciende a 83% en posiciones gerenciales.

En Colombia, según lo señala el ‘Cuarto Estudio de Penetración del Teletrabajo en Empresas Colombianas’, realizado por la Corporación Colombia Digital y el Centro Nacional de Consultoría para el año 2018, el país cuenta con 122.000 teletrabajadores. Una cifra que sigue creciendo con los años.

Actividades recreacionales y culturales

la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año cerca de 800.000 personas se quitan la vida y muchas más lo intentan. Se trata de la segunda causa de muerte de las personas que tienen entre 15 y 29 años. Con este tipo de estadísticas y con la proliferación en los medios en la actualidad no es raro que para esta generación la salud y las enfermedades mentales hayan dejado de ser un tabú.

Los jóvenes exigen que el entorno de empresarial hayan espacios y actividades para cultivar su salud física y mental. Por eso es una buena idea ofrecer actividades que promuevan el deporte, el autocuidado y el ocio, como una manera de distensionar el estrés y las enfermedades mentales asociadas.

Para Marín, que trabaja en una empresa en la que la felicidad es un valor fundamental: “los días en que la gente tiene pereza porque debe ir a ‘calentar silla en su trabajo’, en que pierde el tiempo y que se dedica a buscar trabajo durante su jornada laboral” quedaron atrás”. En plena Cuarta Revolución industrial, reconocer el factor humano da como resultado un ambiente de trabajo productivo en el que los nuevos talentos pueden desarrollarse integralmente y da una base sobre la que cualquier empresa podrá atraer y retener el talento humano.