Andrea Padilla, abogada, PhD en derecho y concejal animalista, asegura que los zoológicos están mandados a recoger: “hace mucho dejaron de ser lugares de educación ambiental (si alguna vez lo fueron) y de conservación hacen poco o nada. Por el contrario, en el caso de Colombia se han convertido en lugares de acogida de animales victimas de tráfico, comercio y tenencia ilegal. Ese es su valor en nuestro país” asegura Padilla.

La transición de zoológicos a santuarios para animales, sería la perspectiva mundial a la cual se quiere llegar, pues la propuesta arguye a que los animales deben estar en espacios protegidos, en entornos naturales sin presencia humana y en estado de semicautiverio. Los santuarios para animales tendrían múltiples beneficios, pues se respetaría la libertad y del desarrollo natural de los animales, teniendo programas de conservación in situ protegiendo así el hábitat natural de cada animal.

Ante el cuestionamiento del grado de responsabilidad del Estado colombiano con los animales que se encuentran en los zoológicos, los animales de fauna silvestre son considerados “recursos naturales renovables” por lo tanto son propiedad del Estado; según el (Decreto Ley 2811 de 1974): “La fauna silvestre que se encuentra en el territorio Nacional pertenece a la Nación, salvo las especies de los zoocriaderos y cotos de caza de propiedad particular”.

Así las cosas, el estado es quien debería asumir los costos del sostenimiento de los zoológicos y de la manutención, así como también la rehabilitación de los animales que en su mayoría, han sido víctimas de tráfico y comercio ilegal.

Lo cierto es que en Colombia, actualmente no se tiene un debido control sobre los zoológicos, la abogada Padilla expresa que “hay un abandono casi absoluto, una verdadera orfandad estatal” y con la cuarentena por el COVID-19 se están viendo completamente afectados, pues dependen de la venta de boletería para subsistir.