En una sesión del Concejo de Barranquilla, se aprobó un ambicioso préstamo por un monto considerable de 3 billones de pesos destinado al Alcalde Álex Char. Este acuerdo no solo implica una considerable inyección de capital, sino también un enfoque novedoso en términos de su reembolso, ya que los ciudadanos barranquilleros se verán obligados a saldar esta deuda a través de sus recibos de electricidad. Este nuevo giro financiero se conecta intrínsecamente con un aumento en el impuesto de alumbrado público para los estratos 3, 4, 5 y 6, presentando a los residentes de Barranquilla un regalo navideño inesperado, cortesía del ex alcalde Pumarejo.
El destino de estos 3 billones de pesos, según el documento presentado por Álex Char al Concejo, es paliar una porción de la nueva deuda que se suma a la ya existente de 2.7 billones dejada por el ex alcalde Pumarejo. Este monto representa una proporción considerable del presupuesto proyectado para la ciudad en 2024, que asciende a poco más de 5 billones de pesos. El préstamo, de autorización aún no confirmada, ha levantado un revuelo notable debido a la rapidez con la que fue aprobado en primer debate, suscitando cuestionamientos sobre la falta de un análisis más exhaustivo y el posible riesgo de un sobreendeudamiento.
El panorama financiero de Barranquilla ha estado en la mira de los expertos desde 2017, un año que marcó el comienzo de una tendencia donde la ciudad ha acumulado más deuda que ingresos. Esta dinámica persistente ha llevado a los analistas a expresar su preocupación acerca de la sostenibilidad a largo plazo de las decisiones financieras en la ciudad y ha generado un debate acalorado sobre la responsabilidad fiscal y las consecuencias para los barranquilleros a medida que la ciudad navega por estas aguas financieras inciertas.
