En un evento sobre la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) celebrado en la Casa de Nariño, sede presidencial de Colombia, el presidente Gustavo Petro hizo una declaración que genero varias reacciones a los asistentes. En un discurso sin tapujos, el mandatario expresó su deseo de «tumbar» la emblemática edificación, argumentando que su arquitectura refleja una imagen distorsionada de la realidad colombiana al tratar de emular la aristocracia francesa.
«Este palacio quiere aparentar que la oligarquía colombiana es aristocrática y por eso se hace con este estilo. Se hizo hace apenas 50 años. Es una mala idea arquitectónica, porque trata de reproducir la aristocracia francesa a finales del siglo XX en Colombia, que es una república democrática», afirmó Petro durante su intervención.
El mandatario también enfatizó la necesidad de transformar la estructura de la Casa de Nariño en un espacio más inclusivo y accesible para todos los ciudadanos. Propuso la idea de crear un ambiente más democrático y popular, con jardines abiertos al público y patios donde la gente pueda interactuar con los funcionarios gubernamentales de manera transparente.
«Por mí lo tumbaba. Ya verán cómo salen los titulares y hacíamos una cosa que sea democrática y popular, con los patios abiertos y donde la gente fluya y donde pueda ver los funcionarios sin que se oculten en estas penumbras frías, haciendo quién sabe qué», agregó Petro.
Estas declaraciones han generado un intenso debate en la opinión pública, dividiendo opiniones entre aquellos que respaldan la visión del presidente de transformar la Casa de Nariño en un símbolo de la democracia y la igualdad, y aquellos que defienden su importancia histórica y arquitectónica como sede del poder ejecutivo colombiano.
Cabe destacar que no es la primera vez que el presidente Petro critica la estructura y el ambiente de la Casa de Nariño. En varias ocasiones ha expresado su incomodidad con los «muros fríos» del palacio presidencial, lo que ha generado especulaciones sobre su preferencia por otros lugares para desempeñar sus funciones como jefe de Estado.
